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Diego Vázquez, del más odiado al más amado por los motagüenses
No se equivocaba quien acuñó la frase «la vida es una tómbola», que define a la perfección la actual situación del entrenador de Motagua, el argentino Diego Martín Vázquez.
En el fútbol, como en la vida, las circunstancias cambian constantemente y con ello la forma de pensar de las personas.
Y es que Motagua ha sido un verdadero «sube y baja» en el presente torneo Apertura, cayendo del primero al cuarto lugar en las vueltas regulares y luego levantando nuevamente al eliminar al líder Olimpia en semifinales.
Cuando los resultados no se le estaban dando al equipo azul los aficionados pedían la cabeza de Vázquez, a quien señalaban como el principal responsable de la crisis deportiva.
A tanto llegó esta situación que en el último partido de las vueltas regulares, contra Vida, en Tegucigalpa, los fanáticos motagüenses comenzaron a gritar «fuera Diego».
Esto tocó el orgullo de los jugadores y dieron vuelta a un 0-1 desfavorable convirtiéndolo en un contundente 4-1, partido que pareció ser un punto de inflexión para Motagua.
Tras dejar en el camino a Marathón en el repechaje y Olimpia en semifinales, el «romance» entre Diego y la afición motagüense se ha renovado y ya nadie pide que se vaya.
Ni hablar si llegar a ganar el título en la final donde enfrentarán a Platense. En caso de lograr la ansiada copa 14 Vázquez seguramente saldrá en hombros del estadio Excélsior de Puerto Cortes, ratificando nuevamente que «la vida es un tómbola».