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A base de “puñetazos” quiere hacer realidad sus sueños

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El boxeo ha resurgido en los últimos años, luego de épocas gloriosas en antaño, donde se tuvo éxitos rotundos a nivel amateur, logrando medallas históricas como la de Geovany Baca en los Juegos Panamericanos de Mar de Plata 1995, donde junto a la judoca Dora Maldonado se convirtieron en los primeros medallistas hondureños en este tipo de eventos, a nivel del continente americano.

Hoy 20 años después Honduras lleva a otro boxeador amateur a un evento similar y es el copaneco Merin Jesús Salazar Aranda, quien imitando a su primer maestro en el boxeo va a unos juegos de tanta envergadura con apenas 20 años de edad y en la categoría de 60 kilos.

El buen trabajo con sus entrenadores Geovani “Zurdo” Hernández y el pinolero René “Congo” González, maestro de generaciones de boxeadores en Honduras, le permiten acariciar un sueño de todo joven que quiere triunfar en un deporte tan complicado como el boxeo.

DE OCCIDENTE A BUSCAR SU SUEÑO

La niñez del joven púgil pasó normal como la de todo niño en un pueblo catracho, como La Entrada, Copán, jugando al fútbol y asistiendo a la escuela para aprender el pan del saber, quizás sin imaginar que el destino le tendría un interesante futuro al seguir a su hermano mayor que se trasladó a Tegucigalpa a continuar sus estudios.

No pareció extrañar su lugar de origen, junto a su padre y hermano llegó al Complejo Deportivo José Simón Azcona a buscar un deporte que practicar, a parte del fútbol, estuvo en varias instalaciones, pero como ese amor a primera vista, el joven adolescente sin pensarlo dos veces se inclinó de inmediato por el boxeo, a pesar de que a su madre no le agrada todavía la idea de verlo golpeado en cada combate.

“En mi pueblo no existe el boxeo, no dudé, este es mi deporte, mi familia me apoya, aunque mi madre no le agrada, al inicio me acompañaba mi hermano, pero por los estudios ya no puede ir, yo paré un poco de ir al colegio, estoy en primer año de bachillerato, ahora mismo mi meta es hacer un gran papel en los Juegos Panamericanos de Toronto, tengo tantos sueños, con disciplina sé que puedo llegar largo”, dijo muy emocionado.

Con sus entrenadores, René González y Geovani Hernández y su compañera Ángela Miranda.

Con sus entrenadores, René González y Geovani Hernández y su compañera Ángela Miranda.

Con tres años y ocho meses, sus metas han sido alcanzadas poco a poco, pero ha sido un camino arduo de trabajo, de buenos consejos y gran preparación: “todo inició con el profe Geovany Baca, él me descubrió el talento y me comenzó a preparar en el gimnasio, con golpes de izquierda y derecha, luego aparecieron los golpes curvos, ganchos cruzados y después la combinación de todos, así iniciamos todo.

Luego he venido trabajando con los profesores Geovani Hernández y René González, me están puliendo en mi labor boxística, donde he contado con el total apoyo del Comité Olímpico Hondureño, al ser atleta de alto rendimiento, eso ha sido fundamental para el camino que llevo recorrido hasta el momento”.

No cabe duda de que ha vivido momentos especiales, pero sin duda su debut en el Mall Premier será inolvidable en su vida, allí inició todo, un camino que puede llevarlo hasta los Juegos Olímpicos y por qué no, al boxeo profesional.

“Debuté con un alumno del profe Baca, le gané y él se alegró porque fue mi descubridor, le gané por decisión dividida 3-1, recuerdo inolvidable, ya que llevo nueve peleas oficiales, donde lleva una marca de 3 ganadas y 6 perdidas”, recordó.

SIGUIENDO LOS PASOS DEL MAESTRO

Con un año para terminar el bachillerato tomó la gran decisión de su vida, abandonar temporalmente los estudios para dedicarse de lleno al boxeo, con la idea de retomarlos después de tener una carrera boxística buena, porque sabe que el deporte es temporal: “yo sé que no será eterno y estoy claro que volveré a las aulas y terminar mi bachillerato, ahora por este ciclo olímpico fue imposible, pero mi sueño es estudiar educación física y deportes”, agregó.

Y es que el boxeo es su gran pasión actualmente y en estos tres años y medio ha demostrado tener la calidad necesaria para destacar, y sin quererlo, imitar a su primer gran maestro Geovany Baca en ser el segundo púgil hondureño en Juegos Panamericanos: “mis entrenadores me vieron gran talento, y me dijeron que me iban a convertir en un campeón, poco a poco voy logrando ese objetivo, he cumplido mi primer gran sueño, ir a los Juegos Panamericanos, pero mi meta también es clasificarme a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016”.

PREPARACIÓN EXIGENTE Y DE ALTO NIVEL

Sin duda alguna que el éxito le está tocando la puerta, pero no ha sido nada fácil, ya que el sacrificio y la exigencia han estado a la orden del día, preparándose en el extranjero, donde considera ha mejorado mucho su nivel, algo que le llena de orgullo y optimismo de cara a los Juegos Panamericanos de Toronto que se avecinan: “en estos tres meses que estuve fuera del país me siento un boxeador con más nivel, permanecí 20 días en República Dominicana, 8 en Puerto Rico donde me robaron una pelea al hacerle una cortada en la ceja a un puertorriqueño en el segundo asalto, él no continuó pero le dieron el triunfo, es algo insólito jamás visto”.

Jesús Salazar espera llegar al profesionalismo pero en México o Estados Unidos.

Jesús Salazar espera llegar al profesionalismo pero en México o Estados Unidos.

Luego vivió una experiencia inolvidable en Chile, donde estuvo 32 días preparándose en el centro de alto rendimiento donde ha vivido cosas inolvidables: “sufrimos bastante, no estaba adaptado a los entrenamientos pesados que tuvimos, incluso vomité un par de veces y estuve a punto de tirar la toalla en el trabajo físico que vino de más a menos, porque al final nos bajaron las cargas”.

Esta experiencia en Chile fue magnífica en todo sentido, ya que le hizo llegar muy bien al clasificatorio de Tijuana, México, donde visó el boleto inesperado para los Juegos de Toronto.

“En el sorteo me toca Ecuador, la pelea la iba perdiendo pero me repuse y la gané contra todos los pronósticos, ganándola 2-1, en un hecho histórico porque no sabía a quién le había ganado, incluso el cubano que me entrenó en Chile me mintió, me dijo que no sabía quién era mi contrincante, no me quiso meter miedo y eso me ayudó, ya que le gané al famosísimo Enrique Porozo, quien estuvo en Beijing 2008, ganó medalla de plata en mundiales, algo increíble, incluso los rivales centroamericanos se asombraron y me dijeron que me había bajado a un grande”, recordó muy emocionado.

Y es que el ecuatoriano no aceptaba la derrota, miraba imposible que un catrachito le ganara y lo dejara fuera de los Juegos Panamericanos, pero al final lo felicitó como un deportista correcto: “me preguntó cuál era mi experiencia y me contó la suya con 678 peleas en su historial, quedó asombrado y me deseó suerte, dándome algunos consejos, me dijo que tenía talento, que siguiera adelante. Fue un momento inolvidable, mi entrenador gritaba de alegría, son cosas que nadie puede borrar y que están en mi joven historia en el boxeo”.

A pesar de que no es favorito para ganar medalla, el copaneco no se arruga, está claro de lo que quiere, reconoce que no es todavía un boxeador completo porque tiene sus defectos, pero a la vez tiene sueños, y esos se cumplen haciéndolo con ganas y energía, pero para ello va a Cuba primero para completar una preparación que ha ido creciendo día con día.

“Tengo mis sueños claros, seguir con el ciclo olímpico hasta Brasil, luego buscar el profesionalismo, pero con la ayuda de amigos qua ya tengo en México y Estados Unidos, quiero tener una brillante carrera profesional, pero voy paso a paso, me siento muy capaz y con el deseo de triunfar”, concluyó.

Por: Geovanni Gómez
@geovannygo

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