Bla Bla
¡Hagan algo!
Yo no sé ustedes, pero la verdad ya estoy cansado de estos “pseudoaficionados” llamados “barrabravas”, quienes por sus hechos violentos ahora tienen igual o más notoriedad que los propios futbolistas.
Solamente el domingo se registraron dos hechos graves que exhiben la cancerígena existencia de estos grupos: en San Pedro Sula las barras de Olimpia y Real España se enfrentaron por enésima vez. Simultáneamente en la posta de El Durazno, entrada a la capital, a la de Marathón le decomisaban drogas, alcohol y tres armas de fuego, antes del juego con Motagua.
Durante un conversatorio entre prensa y autoridades de Liga Nacional en 2012, se propuso que se jugara sin barras, es decir que se aplique derecho de admisión, y que a la par se montara una campaña llamada: “Que Vuelva la Familia al Estadio”.
Sugirieron, además, que se comparara fecha a fecha los ingresos de aficionados a los estadios con los del torneo anterior, para ver el efecto de esta medida. No obstante la idea fue rechazada y condenada en ese foro, sin que las autoridades se percataran que el tiempo acabaría dando la razón.
Resulta curioso y hasta sospechoso que nadie quiera hacer algo al respecto, pues es un secreto a voces que por miedo o por considerarlos un mal necesario, algunos clubes (o dirigentes a título personal) financian a estos grupos con entradas o recursos para su movilización, a cambio de sabrá Dios qué tipo de favores, pues se han constituido en un “miniejército” o al menos en un importante “grupo de choque”.
Sin embargo aún no es demasiado tarde para extirpar este “tumor maligno” del fútbol, pues hay algunos cambios que para llevarlos a cabo solamente se necesita valor ¿Lo tienen ustedes señores dirigentes?, si es así comiencen a demostrarlo y pongan cartas en el asunto.
Rudy URBINA
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