«Min» Navarro, una leyenda de mi barrio

Por: Raúl Suazo Lagos

En el año 1957, los Suazo Lagos vivíamos en el Barrio Buenos Aires y mi hermano Roberto (QDDG) y yo, formábamos parte de una pléyade de muchachos que practicábamos el fútbol en una de las calles principales de la Comunidad o en la cancha de fútbol de Punta Caliente.

Como en todo barrio, el espacio, la pelota y los jugadores, todos los días, después de clases, nos reuníamos para jugar la potra, con piedras de portería y un balón viejo, nos servían para después de muchas horas, cansados, sudados, pero satisfechos, comentábamos las peripecias de cada día.

Juancito nuestro entrenador (no me acuerdo su apellido), un día nos preguntó si queríamos formar parte del equipo de cipotes del barrio.

Nos dijo que él pondría dos balones, que los uniformes los haría una señora que vivía en Punta Caliente y que cada quien se compraría los tacos.

Comenzaron las actividades para procurarnos el dinero para comprar las telas de la camisa, calzoneta y medias e iniciamos con las kermeses y Coca Coladas de sábado por la tarde.

Cómo nos llamaremos? En España jugaban Coneja Cardona y mi hermano Carlos y, dispusimos llamarnos Lusitano D.Evora, igual que el equipo en que ellos jugaban.

Comenzaron a llegar los “retos” de otros equipos de barrio y en nuestro campo de Punta Caliente, el campo Motagua, la Isla y el Birichiche, fueron testigos de lo bueno que era nuestro equipo.

Una foto en mi Libro Tiempo de Fútbol, destaca un chico trigueño, delgado, muy habilidoso. Se llamaba Fermín, pero todos le llamábamos “Min”. Solo 3 de esos muchachos llegamos a jugar en Primera División: Min se fue al Motagua de su hermano Foncho, Jacobo Godoy al Olimpia y posteriormente al Motagua y al Troya y yo, que al ser el hermano menor de los Suazo Lagos, René y Calistrín, me fui al Olimpia.

«Min» jugó en ese glorioso Motagua que había contratado a los brasileños: Batista, Da Silva y Abruzzese. A Min por su habilidad le comenzaron a llamar el cuarto brasileño. Con ellos cuatro y con jugadores como Jerez, Meza, Benavides, Mariano Godoy, Blandón Artica, Martillo Hernández, Foncho Navarro (hermano de Min), los hermanos Banegas, los arqueros Salvador Dubois y Roger Mayorga (ambos nicaragüenses) y otros grandes jugadores de esa época, hicieron de Motagua un muy buen equipo, varias veces campeones.

Además, Min fue seleccionado nacional juvenil en 1964 en Guatemala, siendo compañeros en esa selección juvenil de la Trinca Infernal, integrada por Nayo Caballero, Cofra Caballero y Cucaracha Fonseca.

Después de estar algún tiempo enfermo, el martes de esta semana Min falleció y Rómulo Matamoros destaca en Críticas con Café “Luto en el Nido Azul, murió la Leyenda sesentera Fermín “Min” Navarro».

Si, creo que por su trayectoria Min merece ser recordado como una Leyenda.

Injustamente, en un juego Motagua Olimpia en el Nacional, Min tuvo la osadía de sentarse en el balón. A tiempo evité que Donaldo Rosales le golpeara.

Sobre esa acción de Min muchísima gente le recuerda. Ya estando en retiro ambos, un diarios no invita a Min y a mi para una entrevista días previos a otro Derby Olimpia-Motagua.

Fuera el periódico, aproveché para preguntarle a Min el motivo por el que se sentó en la pelota. “Mirá Raulito, me dijo, antes de ese juego “Martillo” Hernández y yo hicimos una apuesta de quien se atrevía a sentarse en el balón.

Quien lo hiciera el otro le pagaría 100 lempiras. Si bien gané la apuesta, esa acción hizo que la gente se acuerde por ello y no recuerda qué hice yo en Motagua y la Selección.

De igual manera, este domingo pasado, un Programa Deportivo connotó el fallecimiento de Min, poniendo en pantalla a un Min Navarro sentado en el balón. Alguien preguntó qué motivo originó ese agravio. Uno de los periodistas respondió que en ese juego Motagua le ganaba a Olimpia y le estaba dando un “baile”.

Por estar ahí en ese juego, puedo decir que Olimpia ganó ese juego y que Min se sentó en la pelota por una apuesta con Martillo Hernández, no por otra causa.

Todos nosotros, en el barrio, los hermanos Noé Pino, la familia Dávila Meléndez, la familia de Marcial Banegas y tantos otros vecinos, nos sentimos orgullosos de Min Navarro, sabiendo que “Una Leyenda vivió en el Barrio”.

En Paz Descansa Amigo. Fuerza Foncho querido, les acompañamos en su dolor.