El entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano, ha reconocido este viernes, en rueda de prensa, que «ha sido una semana de mucha autocrítica», tras la derrota ante el Racing Club Ferrol, y que todos tienen ganas de «demostrar lo que se tiene, en el campo».

A pesar de que esa derrota como visitante ha supuesto el aumento de las críticas hacia su trabajo, el técnico uruguayo ha señalado que no está preocupado, sino «ocupado» en que la situación se revierta y que, en casa, sean capaces de sumar «de tres en tres», puesto que ya no queda margen para la especulación.

«La derrota dolió doblemente, porque en esa semana se trabajó muy bien, pero luego no salió nada de lo que se había preparado. Mas estoy tranquilo, por el vestuario que tenemos», ha advertido un Pezzolano que es consciente de que «el puesto siempre está en el aire, si no hay resultados».

También tiene claro que el equipo no está rindiendo fuera como hace en el José Zorrilla, y por eso sigue trabajando en ello, ya que «sumar de tres en tres lejos de casa es fundamental para conseguir el objetivo» pero, ahora, la prioridad es sumar seis puntos en los dos encuentros que tienen en su feudo.

No lo va a tener fácil, puesto que las peñas blanquivioletas han organizado una pitada, en el minuto uno, contra él y contra la Presidencia de Ronaldo Nazário, algo que entiende y que considera parte del fútbol «porque la afición tiene su sentir, es su pasión y quiere ganar».

Al respecto, ha insistido en la necesidad de que el Real Valladolid haga un buen partido ante el Eibar «para poder reenganchar al público y que se sienta identificado con el equipo», y ha remarcado que «ante la adversidad, lo único que se puede hacer es seguir trabajando».

En cuanto a si ha sentido el respaldo del club después de unos días tan convulsos, Pezzolano ha asegurado que, desde que llegaron al mismo, «siempre» ha contado con el apoyo de la directiva y no le hace falta que se haga público de manera constante.

«Siempre hay ruido en todos los clubes que tienen objetivos claros, y los malos partidos generan eso. Llegan fases decisivas en la temporada, y tenemos que trabajar de puertas para dentro y, en casa, dar lo máximo, para mejorar las prestaciones fuera», ha precisado.

Además, no llega un rival sencillo, puesto que el Eibar «es un equipo duro, que juega bien con balón, es vertical, bueno en el juego posicional y sabe buscar espacios a las espaldas del rival», ha analizado el entrenador blanquivioleta, pero tiene claro que los suyos «saben todo lo que pueden dar, individualmente».

Tendrá, para esta determinante cita, la baja de César Tárrega en el centro de la defensa -por sanción-, aunque «hay otros cuatro jugadores que pueden suplirla perfectamente», si bien parece David Torres el que más papeletas tiene para volver a ser titular.

Tampoco podrá contar con Biuk, que ha sido convocado con su selección, pero tanto Iván Sánchez como Luis Pérez, que acabaron «tocados» en la anterior jornada, estarán «a la orden» para este compromiso, y también un Marcos André que «debe asumir que lleva tiempo sin jugar, pero que es rebelde y va a demostrar lo que es». EFE