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El acusado de arrollar a una multitud en Liverpool rompió a llorar en inicio de su juicio
El acusado de arrollar a una multitud en mayo con su coche, durante la celebración del título de la liga inglesa de fútbol por los aficionados de Liverpool, rompió a llorar al inicio de su juicio.
Paul Doyle, en detención provisional desde los hechos, está acusado de causar heridas de forma intencionada a 12 personas, de intentar herir a otras 17, así como de violencia y conducción peligrosa.
Ocho víctimas eran menores en ese momento, una de ellas un bebé de seis meses, según la fiscalía.
Vestido con un traje negro, el acusado, de 54 años, no pudo evitar las lágrimas cuando los miembros del jurado entraron en el tribunal, el Liverpool Crown Court, en la ciudad del noroeste de Inglaterra
El acusado, padre de tres hijos y exmiembro de la Royal Navy se había declarado en septiembre no culpable de los 31 cargos que se le imputan.
Doyle confirmó este martes esa declaración y volvió a insistir en su no culpabilidad, cuando se le pidió que se pronunciara nuevamente sobre cuatro de los cargos, ligeramente modificados.
Los miembros del jurado prestaron juramento el martes, y las audiencias, previstas para durar de tres a cuatro semanas, comenzarán el miércoles.
El 26 de mayo, cuando miles de seguidores de Liverpool FC asistían al desfile para celebrar la victoria del club en la liga inglesa de fútbol, el coche de Doyle entró en una calle, que acababa de ser reabierta, para dejar paso a una ambulancia, según la investigación.
En ese momento, el coche del acusado fue rodeado por una multitud de seguidores de Liverpool, de forma agresiva por parte de algunos.
El conductor retrocedió, para luego acelerar, zigzagueando y atropellando a personas en ambos lados de la calle, causando 134 heridos, según un primer balance de la policía de Merseyside, la región de Liverpool.
Un hombre había sido proyectado sobre el capó y cuatro personas, incluido un niño, habían quedado atrapadas debajo del coche, indicaron los bomberos.
Paul Doyle fue arrestado en el lugar de los hechos y la policía descartó rápidamente la hipótesis «terrorista», aclarando que se trataba de un incidente aislado.
Las razones que llevaron a este padre de tres adolescentes, residente en las afueras de Liverpool y empleado en el sector de la ciberseguridad, a maniobrar de ese modo siguen siendo poco claras.
El fiscal Philip Astbury acusó a Paul Doyle de haber embestido «deliberadamente» a la multitud, utilizando su coche «como un arma».
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