Jack Rodríguez: «El mejor árbitro es el que pasa desapercibido»

Jack Rodríguez es el juez histórico del arbitraje, recientemente completó 400 partidos como asistente con más paridos en la Liga Nacional, una cifra que se dice fácil, pero que ha llevado una experiencia ardua, larga, pero emotiva a lo largo de su vida.

«Llegue en 1992, tenía 11 años, por invitación del profesor Juan José Raudales, recordado atleta que entrenaba a mi papá atletismo y que le pidió que me llevara a hacer deporte, pero en ese momento era el preparador físico de los árbitros», recordó con nostalgia.

En que un momento mágico en un niño de 11 años y cursaba el cuarto grado: «De verdad fue un honor para mí estar allí entrenando con grandes árbitros de esa época como Jorge Irías, Emiliano Ramírez, Amílcar Burgos, Nelson Cálix, Raymundo Cálix, Reinaldo Salinas, entre oros, allí me quedé en observación durante tres años inolvidables», recordó con nostalgia.

El pequeño Jack en 1994 cumplía sueño en ligas menores: «Fue un año especial, Honduras tuvo a su primer árbitro en un Mundial, Raymundo Cálix y yo daba mis primeros pasos en liga menores», dijo.

Su debut en Liga Nacional fue el 3 de octubre 2001 en el estadio Nacional de Tegucigalpa en el empate 2-2 entre Universidad y Real Maya, mientras cumplió 400 juegos en el partido de vuelta de semifinales entre Marathón y Génesis que ganó Marathón el pasado sábado 11 de mayo.

Un hecho que siempre le inquietó es que a pesar de su experiencia fue marginado en el campo como internacional: «En 2009 me dijeron que me iban a inscribir como internacional, pero no era del grado del que decidía en ese tiempo. Siempre pusieron de ejemplo mi estatura, pero el salvadoreño Rodolfo Sibrián me dijo que eso no importaba, ya que los árbitros asiáticos eran de baja estatura y una vez un central tico apenas era un poco más alto que yo, pero yo no protesté, puesto que mis maestros me aconsejaron que siempre fuera disciplinado y que también me prepara en la parte académica», afirmó.

Rodríguez no es un personaje que se quedó batiendo marcas el arbitraje nacional, sino una persona brillante que académicamente es un ejemplo para sus compañeros jueces del fútbol: «Inicialmente, me gradué como contador, luego como administrador de empresas y después abogado. Espero en 2026 coronar mi maestría en derecho laboral. Actualmente, paré un momento, mi esposa se graduó en trabajo laboral, mientras mi hija mayor hace su práctica en enfermería», indicó.

Rodríguez ha tenido una base importante, ser una persona responsable y luchador con muchas metas en la vida: «Desde los 17 años era padre de familia, mis padres me ha inculcado ser responsable. Me mantuve estudiando con disciplina con perfil bajo, ya que los árbitros entre más desapercibidos pase son mejores», explicó.

También tiene sus metas claras de cara al futuro: «Estoy capacitándome con cursos de abogado a nivel internacional. También lo he hablado con mis compañeros Said Martínez, Walter López, y Cristian Ramírez sobre la decisión que tomé de retirarme en diciembre de 2026. Ellos piensan que puedo pasar al VAR, preparándome adecuadamente y además ser parte de la estructura arbitral, pero eso dependerá de mi familia, ya que ellos requieren tiempo», indicó.

En la extensa carrera de 23 año años en el arbitraje, Rodríguez ha compartido como padres e hijos, tíos y sobrinos, por lo que siente que el gremio arbitral es una gran familia: «He tenido el honor de tener no solo compañeros, sino amigos como Melvin Matamoros e hijo, Cristian Ramírez y su papá, Said y su hermano Onásis, Manuel y Francisco Zelaya, Nehemías Rosa, Ricardo Zelaya hijo y padre, Roney y Reinaldo Salinas, Lucinio y Erick Rodríguez, José y Henry y Emiliano Ramírez, Selvin padre e hijo, Carlos y Melissa Pastrana, Juan Rodas padre e hijo Francis y Marlon Muñoz, así como Elder Oliva, Héctor Rodríguez, Raúl y Armando Castro, Darinel Martínez, Amílcar Burgos entre otros», concluyó. (GG)