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Merlin Soto: «En la vida el tiempo de Dios es perfecto»

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Su historia es la de una joven luchadora, que ha llegado a donde está en base a su esfuerzo y el de su familia, ya que procede de una cuna muy humilde,  pero que ha ido cumpliendo sus sueños, de la mano de Dios, porque cree que su tiempo es perfecto.

No es que sea una fervorosa religiosa pero Merlín Vanesa Soto Rodríguez, de 30 años de edad, sabe que todo viene porque Dios la ha llevado de la mano durante este tiempo, teniendo un año 2022 inolvidable con su debut internacional, pero además con su estreno en Liga Nacional, convirtiéndose el domingo 31 de julio en la segunda mujer en dirigir como central un partido de primera división.

«Desde que nací siento que fui un milagro de Dios, porque me dio la oportunidad de nacer, ya que mi mamá no pudo llegar a tiempo donde la partera. Vivía en un pueblo lejano y nací en el camino, cerca de una quebradita en horas de la madrugada, asi que mi vida nunca ha sido fácil e incluso soy la única hija mujer de seis hermanos», dijo en amena plática con Diario Más.

Soto Rodríguez, que este año recibió su gafete internacional nació en Guaimaca, Francisco Morazán, el 7 de abril de 1992 y su debut oficial en Liga Nacional como árbitro central fue el domingo 31 de julio en el juego donde Motagua goleó 4-0 al Honduras Progreso en el estadio Nacional de Tegucigalpa.

SU HUMILDE HISTORIA

Humilde como siempre ha sido, la joven árbitra hondureña nos cuenta hoy su verdadera historia, nos narró los emotivos momentos cuando comenzó a trabajar desde muy niña junto a sus padres.

«A los seis meses de nacida nos venimos para Tegucigalpa, específicamente a la colonia Villanueva que en ese tiempo era muy tranquila, ahora es un poco caliente, no se puede transitar mucho de noche, pero no es exclusivo de mi colonia, sino de la ciudad y el país», empezó diciendo.

Ella tuvo una vida especial desde sus primeros años y no olvida los juegos del barrio junto a sus vecinos: «En esos tiempos podía estar en la calle hasta la madrugada y no pasaba nada. Salíamos a jugar por la noche el famoso mama loca, con aquel balón que nos golpeaba al igual que con la faja, ja ja ja, pero había que ir a dormir cuando lo ordenaban los padres», recordó.

Merlin no tuvo una vida tan sencilla de niña pero no se queja, al contrario con orgullo recuerda lo vivido: «No tenía tiempo ni de comer a veces, ya que había que hacer tareas y ayudar en la casa, pero fueron momentos inolvidables en mis recordadas escuelas Jorge Roberto Maradiaga y luego en la Moisés Starkman», agregó.

Un hecho que la enorgullece y lo recuerda con alegría es que de niña trabajó juntos a sus padres para sobrevivir: «Yo estudiaba por la mañana, mientras en la tarde les ayudaba a mis papás que siempre fueron comerciantes, pero en la noche medio salía a jugar cuando había tiempo», dijo.

La hoy juez internacional hondureña contó detalles de cómo se ganó la vida su familia por mucho tiempo: «Mis padres para sobrevivir vendían cacahuates, fueron de los primeros que los hacían y ellos mismos los comercializaban, ya que mi mamá tenía una pequeña chiclera por Emisoras Unidas. A veces yo iba a vender, mientras ella iba de compras al mercado».

También explicó cómo es que preparaban esas semillas que tanto gustan y que mucha gente consume: «El cacahuate es una semilla de maní, hay que pelarlo y hacer todo el proceso, sacarlo, limpiarlo, ver si es salado y empaquetarlo, el procedimiento era difícil se hacía en un día completo para tener el suficiente producto para toda la semana», recordó con orgullo.

A pesar de esa carga laboral inesperada en una niña de primaria, ella disfrutó su tiempo escolar ya que siempre fue alumna de excelencia académica: «Tenía el tiempo muy limitado, salía corriendo de la escuela a hacer tareas y luego trabajar, la ventaja es que era buena alumna, casi nunca estudiaba, por eso me ponía al frente de mi clase para captar mejor lo que explicaban los maestros.

Recordó que su clase favorita fue ciencias naturales, pero ya en secundaria en el Instituto Héctor Pineda Ugarte fue buena en biología y matemáticas, pero la clase que nunca le gustó fue química, «por las fórmulas y la tabla periódica, ja ja ja».

Después de años de excelencia en la escuela y el colegio se matriculó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la carrera de sicología, pero por razones personales hizo una pausa. «Estuve tres años y medio en la carrera, pero pienso retomarlo en cualquier momento, ya que actualmente estudio orientación y consejería en la UPNFM, pero además el idioma inglés para estar en sintonía con el arbitraje», indicó.

Y es que ahora que ha dado un paso grande al fútbol profesional e internacional, sabe que la base para mantenerse es la preparación, pero ella no tiene inconvenientes porque mantiene su aplicación al estudio. «Para ser internacional debemos tener una buena condición física, pero además uno debe estar sicológicamente bien y hablar inglés para poder trascender en Concacaf y la FIFA», aseguró.

DE BASQUETBOLISTA A FUTBOLISTA Y LUEGO ÁRBITRA

Contrario a lo que muchos se imaginan, nuestra nueva árbitra central de Liga Nacional no inició como futbolista sino como basquetbolista. «Yo jugaba baloncesto, incluso en la escuela era la más destacada de la clase, incluido de los varones. A los doce años comencé en la escuela y luego en el colegio, lo disfrutaba mucho, pero en eso me engavillé con una prima que me llevó al fútbol, pero a mi no me gustaba jugar sino verlo», aclaró.

A pesar de eso, su vida dio un giro de repente inesperado: «Con 16 años yo formaba parte de una organización de acción social donde fui voluntaria. Allí comencé jugando baloncesto, pero también me formaron como jugadora de fútbol cuando todavía El Birichiche era de tierra».

Un cambio radical fue su llegada a la universidad sin saberlo su entrenador de educaciòn física del colegio la recomendó para una beca y en la rama de fútbol: «Matriculo la clase de fútbol 11 en el 2012 con el profesor Irwin Padilla (QDDG), quien me vio jugar, sobre todo la forma en que paraba el balón y lo conducía y sin decirme nada me cambió de cancha y me llevó a la selección, estando allí fuí parte del torneo Juduca que se realizó en Guatemala», recordó.

Ese fue el primer gran paso para acercarse al aritraje, pero el hecho de ser buena jugadora le abrió más puertas. «En 2012 conocí al licenciado Javier Letona, él me consiguió una beca debido a que mi índice académico era excelente, pero a la par jugué burocrático con el equipo del señor Duarte, presidente de la regional, donde era la figura del equipo femenino, pero un día estando en el centro de asistencia me pidieron que dirigiera un partido de niños debido a que los pude controlar sin problemas», indicó.

Ese hecho de dirigir niños marcó una historia distinta, el propio Duarte la vio y al terminar el juego su plática le cambió su vida: «Me dijo que era una excelente jugadora, pero que tenía madera para ser mejor árbitra y que me iba a recomendar con el profesor Amílcar Burgos, a lo que yo le respondí que no sabía nada de reglamento y que más bien andaba el silbato sin saber qué hacer», dijo soriente.

Aunque no estaba muy convencida la joven deportista llamó a Duarte en la fecha indicada y éste ya le tenía la cita que cambiaría su vida. «Fue en mayo del 2013 que hablé con el profesor Burgos, quien me motivó para sumarme al arbitraje y me dijo que era una profesión muy linda, ja ja ja, allí me convenció, me quedé e hice mi primera primera prueba física con las jueces internacionales, algo que conservo en mi memoria», apuntó.

Al consultarle del trato con sus colegas mujeres hace mención especial de la internacional Melissa Borjas Pastrana, a quien admira y agradece: «Es una persona muy importante en mi corta carrera, ella me enseñó muchas cosas y otras me las corregía y aconsejaba. Me dijo que yo tenía capacidad, pero que tenía que trabajar en algunos aspectos para mejorar, aunque alabó el tema físico, ya que ella dice que lo mío es natural», agregó.

2022, AÑO INOLVIDABLE

La joven juez del fútbol siente que este año 2022 es de muchas bendiciones en su nueva carrera, pero apunta a más: «No pude salir en los primeros partidos eliminatorios porque no tenía visa, pero luego debuté en el juego eliminatorio entre Belice y Aruba, además trabajé en el premundial Sub-17 en República Dominicana, en donde me fue muy bien gracias a Dios», aseguró.

Lo que faltaba para redondear su buen año 2022 era su debut como juez central en Liga Nacional, ya que como cuarto árbitro llevaba cinco partidos: «Para mí fue una sorpresa, no me habían dicho nada, pero cuando terminamos de entrenar se me acercaron todos a abrazarme y Melvin Matamoros me dijo feliz cumpleaños, a lo que le dije que ya había cumplido, pero se rió y me dio la noticia que esperaba, pero quizás no en este momento», afirmó.

No era para menos, inaguración del torneo y con el campeón en casa, era impesado y su reacción no se hizo esperar: «Quedé en schock… ja ja ja… no pude dormir esa noche, pero ya el día del juego fue emocionante entrar al camerino y sentir el apoyo de mis compañeros que me dijeron que no pasaba nada nuevo, que ya había hecho ese trabajo en otras categorías y así fue, llegué al campo tranquila, incluso en medio del pasillo que le hicieron al Motagua, todo fue normal», dijo.

Ya en el juego no hubo queja, al parecer el apoyo de los compañeros y la buena conducta de los jugadores y técnicos facilitaron todo: «conocía algunos jugadores de Reservas como Cristhopher Meléndez, a quien expulsé varias veces, pero él se ha portado bien, no me ha faltado al respeto al igual que los demás. En cierto momento se quisieron sublevar, pero puse un alto y se calmaron, al final todo salió bien», explicó.

Pero el gran momento fue al final del juego, terminar el mismo y reaccionar de la labor realizada: «Solo ví al cielo y dí gracias Dios porque nunca me deja, siempre está comingo a la par y si no  lo hago, Él me jala», dijo con mucha fe.

Un hecho que no acostumbra es llevar a su familia a sus partidos al estadio, incluso en su debut en Liga Nacional: «No los llevo por lo que significan los árbitros en los juegos y los insultos que recibimos, prefiero que se queden en casa, allí no van a oir muchas cosas groseras, no me gustaría que las escucharan, mejor por TV donde no oyen esas ofensas», finalizó. (GG)

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