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Falleció Gustavo «Mantequilla» Salgado, leyenda del baloncesto nacional
Una triste noticia, la leyenda viviente del baloncesto, don Gustavo «Mantequilla» Salgado, ha fallecido, dejando tristeza en la familia del baloncesto nacional que le admiró y respetó.
Salgado, el entrenador de baloncesto más exitoso de la historia, fue sin duda un maestro de generaciones que enseñó la disciplina del baloncesto en los colegios, donde trabajó, el ministerio de educación, en casi todos los equipos masculinos y femeninos que dirigió a lo largo de una extensa vida.
El longevo entrenador falleció este martes, a las 6 a.m., de muerte natural y se espera sea velado para recibir cristiana sepultura en estos días siguientes.
ENTREVISTA EN VIDA:
«El periodista Manuel Bonilla Rodríguez y piedra santas fue la persona que me llevó a los 12 años al Gimnasio Nacional y desde allí me enamoré del baloncesto e inicie con un entrenador de apellido Ayantes», recordó en plática con Diario Más.
Un hecho que no olvidó son los impasses que vivió el gimnasio nacional: «El Gimnasio sufrió agua y fuego, en los 60 se quemó y luego en 1998 agua por el mitch, pero se reconstruyó gracias al apoyo del ingeniero Rubén Callejas, por eso le pusieron el nombre del mismo»
También recordó en esa entrevista su paso inicial en el baloncesto: «Jugué para Pineda Ugarte, me golpearon una rodilla y decidí dedicarme a ser entrenador, aunque jugué con el Boy Scout, luego trabajé con Rápido, All Star donde se formaron grandes jugadores y entrenadores como José Hung Pacheco, Víctor «Maldito» Fúnez, Mauro Fúnez y su servidor», recordó.
Fue parte de los grandes momentos del baloncesto colegial: «Es inolvidable la rivalidad de colegios, San Miguel, Central y Pineda Ugarte, eran los equipos colegiales más grandes del momento. En el San Miguel destacaban «Brujo» Lardizabal, «Chema» Miselem, entre otros, mientras en el Central estaban los hermanos Sierra y el «Chino» López, y en el HPU, Jose Chinchilla, Rubén Zepeda, entre otros», recordó.
Un hecho anecdótico es su función en su etapa de jugador: «Jugué de Foward, el entrenador me puso como el mejor manejador de balón, hacía muchos puntos, hacía de todo, ganchos, eso no los conocía nadie, lo aprendimos bien junto a Jorge Arturo Reina Idíaquez y Miguel Canahuati», explicó.
También relató la difícil decisión de irse del país: «Me retiré en 1999, quise trabajar en USA, pero no lo hice porque no estudié allí, lleve mis diplomas, pero no los valieron, tuve otro tipo de trabajos del sueño americano, allá me jubilé, mientras aquí no me pagaron las prestaciones del gobierno», refirió.
Una preocupación permanente de don «Mantequilla» Salgado es el descuido al deporte de parte de las autoridades deportivas: «Tenemos que volver a las escuelas para mejorar a los atletas, árbitros y que el nivel de nuestro baloncesto vuelve a ser como en antaño», opinó.
Reconoció que el inicio de su carrera fue de mucho aprendizaje: «Miré al profesor Suazo Lagos, sus trabajos y detalles de planeación y luego el dueño de Boy Scout me dijo que tomara al equipo y lo hice campeón, me emocioné y seguí adelante. Luego tome cursos de baloncesto de la Federación Deportiva Extraescolar, recibí los cursos en San Diego, California», afirmó.
Con una amplia trayectoria hay hechos inolvidables: «Mi primera selección en 1964, fuimos Guatemala, jugamos bien, quedamos en segundo lugar. En mi carrera gané 117 campeonatos y 85 subcampeonatos. Llevé mis apuntes porque miraba que se perdían oportunidades por no tener datos. Llevo los nombres de escuelas, colegio y selecciones, ya que uno trabajaba en 7 escuelas y en 3 categorías, totalizando 21 equipos, pero además trabajé con la UNAH con «Mon» Rodríguez y además con el Club Ingeniería, donde hicimos grandes torneos», recordó.
Tampoco olvidó uno de los títulos más recordados con el M x M: «Estaba Martín Zelaya y de repente los hermanos Cuéllar me llamaron para tremendo tamal, teníamos un gran equipo, con muy buenos panameños y el hondureño André Reyes, ganamos final de infarto, lo hicimos porque jugamos mejor que ellos», dijo.
Finalmente, dejó un mensaje sincero que, en su adiós a la vida, suena a despedida: «Agradezco a Dios por darme la posibilidad de disfrutar de este deporte, compartir con grandes personajes, técnicos, entrenadores, jugadores, dirigentes y árbitros con quienes compartí mi vida». (GG)
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