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Rinden homenaje póstumo a Orinson Amaya
Fue una tarde especial, se respiraba aún tristeza, el infaltable en cada partido de Marathón, en el estadio Yankel Rosenthal, ya no está de cuerpo presente, aunque su espíritu se sentía en todos los rincones del coloso sampedrano.
Orinson Amaya no está, pero su esposa y sus hijos, quienes llegaron a hacer acto de presencia en el primer partido de ausencia del eterno presidente verdolaga.
Un minuto de aplausos y uno de silencio no bastaba para agradecer tanto que hizo Orinson por el Marathón, celebró el centenario y Dios se lo llevó diciendo misión cumplida.
Aquel niño fanático que se pintaba la cara, que gritaba y saltaba en el Morazán y que por obra de Dios fue el presidente centenario de los «verdes» ya no estaba de cuerpo presente, cumplió su legado y la gratitud de toda la familia «verdolaga» quedaría para siempre en la gente que él admiró y conoció.
Su equipo le regló un triunfo, pero la tarea no se ha cumplido, para honrar su memoria es necesario que en enero luzcan la Copa X en Liga Nacional, el tiempo nos dirá si lo honraron como él siempre soñó. (GG)
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