Fútbol Internacional
De la era Gil a Apollo Sports Capital
La compra de un paquete mayoritario de acciones del Atlético de Madrid por el fondo estadounidense Apollo Sports Capital concluye con la propiedad de la familia Gil, que ha controlado el club durante 38 años, los últimos 33 como máximos accionistas desde la conversión en Sociedad Anónima Deportiva en 1992, aunque Miguel Ángel Gil Marín seguirá al frente de la gestión.
En todo ese periodo, iniciado el 27 de junio de 1987 con el triunfo en las elecciones a la presidencia de Jesús Gil, hasta la actualidad, con Enrique Cerezo como presidente desde 2002 y Miguel Ángel Gil Marín, hijo de Jesús Gil, como gestor del club, el Atlético ganó 14 títulos, vivió una intervención judicial y sufrió el desastre del descenso a Segunda División, donde permaneció dos años, hasta la estabilidad de la actualidad.
Tras el fallecimiento en marzo de 1987 de Vicente Calderón, histórico presidente, el club debió elegir un nuevo dirigente en 1987. Jesús Gil fue el vencedor de los comicios por un fichaje. Un nombre que lo impulsó al triunfo: el atacante Paulo Futre fue el origen de todo, reciente campeón de la Copa de Europa con el Oporto, espectacular contra el Bayern Múnich en la final en el Práter de Viena. Era el 27 de mayo de 1987.
El 24 de junio, ni siquiera un mes después, dos días antes de la votación, Jesús Gil abordó su golpe de efecto: viajó a Milán, donde permanecían concentrados el Oporto y Futre, acudió al hotel, buscó al futbolista del momento, lo reconoció por el nombre inscrito en sus chanclas y lo fichó para el Atlético, aunque, unas horas antes, Futre ya tenía asumido que su destino era el Inter de Milán. Lo alteró el movimiento de Gil.
En el jet de vuelta a Madrid, Futre aún duda. Le pide un chalé con piscina y un Porsche. Gil se lo concede. Cinco horas después, Jesús Gil acude a la discoteca Jácara de la capital de España para presentar a su formidable baza electoral que lo hará el ganador de los comicios celebrados un día después, el 26 de junio de 1987. A las seis de la mañana del día 27 concluye el recuento: sus 6.219 votos lo hacen vencedor.
Del carrusel de técnicos al ‘doblete’
Comienza su presidencia. El inicio de la era Gil, marcada por la vorágine, el carácter y el personalismo de su figura. Sus primeros meses al frente del club ejemplifican su gestión. Para su primer proyecto, en 1987-88, prescinde de Luis Aragonés (ya entonces campeón de una Liga, una Copa Intercontinental, dos Copas del Rey y una Supercopa de España en el Atlético) para fichar al argentino César Luis Menotti como técnico.
La ambición y la impaciencia de Jesús Gil por ser campeón devora entrenadores. El primero fue Menotti, destituido después de 35 encuentros (incluido un memorable 0-4 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu), en la tercera plaza de la clasificación, tras cinco choques sin ganar. Lo sustituyó José Armando Ufarte, despedido en 18 días.
Los tres inician una secuencia interminable de cambios de técnico. Un récord. Hasta 26 entrenadores diferentes, algunos en diferentes etapas, desde 1987 hasta 2022, cuando abandona la presidencia del Atlético de Madrid: Antonio Briones, José María Maguregui, Ron Atkinson, Colin Addison, Javier Clemente, Joaquín Peiró, Iselín Santos Ovejero, Tomislav Ivic, Omar Pastoriza, Cacho Heredia, Jair Pereira, Emilio Cruz, José Luis Romero, Jorge D’Alessandro, Pacho Maturana, Alfio Basile, Carlos Sánchez Aguiar, Radomir Antic, Arrigo Sacchi, Claudio Ranieri. Fernando Zambrano, Marcos Alonso, Jesús Cantarero y Luis Aragonés, de nuevo.
En 1993-94, hasta seis entrenadores dirigieron al Atlético: Jair Pereira, Heredia, Emilio Cruz, José Luis Romero, Ovejero y D’Alessandro), apenas dos años después de estrenar su palmarés como presidente con dos Copas del Rey consecutivas: la de 1991, ganada al Mallorca por 1-0 en la prórroga, por medio de Alfredo Santaelena, y la de 1992, con Luis Aragonés como técnico y los goles de Bernd Schuster y Paulo Futre ante el Real Madrid (0-2), ambas en el Santiago Bernabéu, el terreno de su ‘eterno’ rival.
En 1992, Jesús Gil se hace propietario y con el mayor paquete de acciones del Atlético, con la transformación en Sociedad Anónima Deportiva al borde del fin del plazo para evitar el descenso a Segunda División B, la actual Primera RFEF. Las irregularidades cometidas por Jesús Gil en esa conversión originan la apertura de un proceso judicial.
La investigación abierta por la Audiencia Nacional concluyó que Jesús Gil y Enrique Cerezo se hicieron con la mayoría de las acciones del club (un 95 por ciento) sin desembolsar su importe. Fueron condenados por apropiación indebida en 2003, pero fueron absueltos posteriormente por el Tribunal Supremo por prescripción del delito.
Las causas judiciales, algunas decisiones y su personalidad marcan la etapa de Gil y Gil, que prescindió de las categorías inferiores (Raúl González pasó entonces al Real Madrid), despidió a jugadores como Juan Carlos Arteche, Quique Setién o Jesús Landáburu, hizo declaraciones contra árbitros, jugadores, entrenadores, directivos y organismos («Al negro le corto la cabeza», llegó a decir sobre el delantero colombiano Adolfo ‘Tren Valencia’) y propinó un puñetazo a José González Fidalgo, gerente del Compostela, a las puertas de la Liga, en una imagen que recorrió cada televisión.
Su gran éxito es el histórico ‘doblete’ de 1995-96, con los títulos de Liga y Copa del Rey con Radomir Antic al frente del banquillo y con un once que recita de memoria la afición del equipo madrileño todavía en la actualidad: José Fráncisco Molina; Delfí Geli, Santi Denia, Roberto Solozábal, Toni Muñoz; José Luis Pérez Caminero, Juan Vizcaíno, Diego Simeone; Milinko Pantic; Kiko Narváez y Lubo Penev. La Liga que tanto deseó Jesús Gil desde el primer día que asumió la presidencia ya era un hecho. La celebración fue una cabalgata por las calles de la capital de España.
La caída a Segunda División
Nadie intuía entonces el declive en el que entró después el Atlético, cuya culminación fue la caída inevitable a Segunda División, consumada el 7 de mayo de 2000, entre una pésima temporada deportiva y la intervención judicial del club por orden del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que nombró a Luis Rubí administrador judicial y apartó a Jesús Gil de la presidencia, por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida y fraude, con las imágenes de la Guardia Civil dentro del Vicente Calderón en la mañana del 22 de diciembre de 1999 para recabar pruebas.
El Atlético tardó dos años en volver a la élite. Su afición no le dejó solo. Respondió con creces. Llena el estadio casi cada domingo. Y a su rescate acudió Luis Aragonés, antes jugador, entonces entrenador y leyenda eterna del club. Luis, clasificado para la Liga de Campeones con el Mallorca, acepta el reto con el equipo de su vida, que lo necesita en su peor momento de la historia. Lo devuelve a Primera para el curso 2002-03.
Esa fue la última temporada como presidente del Atlético de Jesús Gil y Gil, que cede ese cargo a Enrique Cerezo, mientras Gil Marín, su hijo, aumenta su responsabilidad en la gestión de la entidad, dentro de una bicefalia tensa durante diferentes etapas, que queda repartida con Cerezo como figura institucional y Gil Marín como líder de gestión.
El 14 de mayo de 2004, falleció Jesús Gil como consecuencia de un infarto cerebral. A su capilla ardiente, instalada en la sala de honor del estadio Vicente Calderón, acudieron más de 20.000 aficionados.
La estabilidad de Simeone
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