Fútbol Americano
Bears vencen a Commanders bajo la lluvia

El Monday Night Football de la Semana 6 fue un auténtico test de carácter, una batalla épica no apta para cardíacos, donde sobre el final los Bears vencieron a los Commanders gracias a Moody.
Bajo un aguacero constante que convirtió el campo en un lodazal, los Chicago Bears lograron una victoria por la mínima, 25-24, sobre los Washington Commanders.
El desenlace, definido por la gestión del riesgo y un turnover fatal, no solo impulsó el récord de Chicago con su tercer triunfo consecutivo, sino que fue interpretado como una reivindicación simbólica ante su rival de división.
El protagonista inesperado fue Jake Moody, el pateador que los San Francisco 49ers habían cortado tras una decepcionante Semana 1.
La noche de Moody
De villano a héroe, Moody, recién activado por Chicago y con la presión del mundo sobre sus hombros, ejecutó con temple el walk-off field goal de 38 yardas, sellando la dramática remontada.
Su éxito bajo presión confirmó el acierto y la audacia de la gerencia de Chicago al brindarle una segunda oportunidad de redención, así que fue una revancha tanto a la franquicia, como al mismo jugador.
Commanders sin mostrar su potencial
El desarrollo del encuentro fue un reflejo directo del clima y de las decisiones estratégicas de los head coaches fue lo que marcó la diferencia.
Ben Johnson de Chicago había entrado al partido con un enfoque crítico en la disciplina, señalando que las constantes penalizaciones ponían a su ofensiva “detrás de los sticks”.
El entrenador Dan Quinn de Washington, enfrentó un desafío estructural devastador, pues fue de jugar sin dos amenazas cruciales como Terry McLaurin y Noah Brown, ambos lesionados.
Esta escasez forzó al mariscal novato Jayden Daniels a depender de rutas cortas y objetivos seguros, pues el ala cerrada Zach Ertz (6 REC, 43 YDS, 1 TD) asumió un rol central, pero la defensa de Chicago pudo acortar el campo y concentrar su presión.
La estrategia de Washington se restringió notablemente, limitando la capacidad de Daniels para generar jugadas explosivas, además el clima parecía ser factor.
Caleb Williams y su actuación
El mariscal de campo de los Bears, Caleb Williams, entregó una actuación sólida que priorizó lo que Daniels no hizo: mostrar seguridad.
Completó 17 de 29 pases (58.6%) para 252 yardas, con un touchdown y, vitalmente, cero intercepciones.
A pesar de los problemas de indisciplina que afectaron al resto de su equipo (9 penales para 84 yardas), Williams logró evitar los errores catastróficos que la lluvia incentivaba, actuando como un verdadero gerente de juego.
Jayden Daniels con errores
En contraste, Jayden Daniels fue más eficiente en términos de porcentaje de pases, completando el 73% de sus intentos para 211 yardas y tres touchdowns.
Su desempeño se vio marcado irreversiblemente por dos pérdidas de balón.
La seguridad del ovoide bajo las condiciones adversas se convirtió en su talón de Aquiles, pues la protección del balón en entornos de alto riesgo es la métrica de rendimiento más crítica en la NFL, una lección que Daniels aprendió de la manera más dura.
Un fumble y la marcha triunfal
El último cuarto fue un drama sin guion, que tras el touchdown de D’Andre Swift que acercó a Chicago a 24-22, donde la tensión era notable.
Con poco más de tres minutos restantes, Washington tenía la posesión y buscaba consumir el reloj para sellar la victoria.
El momento definitorio ocurrió en una crucial jugada de tercera y una yarda, donde Jayden Daniels intentó un intercambio de mano, pero la combinación de la presión defensiva y la superficie resbaladiza provocó que soltara el balón.
El fumble fue recuperado por la defensa de los Bears cerca de mediocampo, en lo que se convirtió en el error estratégico más costoso del partido, y esto conllevo a la heroica de Moody. (Sexto Anillo)
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