De Todo Un Poco
El legado de Son en el Tottenham

El fútbol es un deporte en el que hay jugadores que dejan huella en un club. Uno de ellos es Heung-Min Son, un futbolista que se ha convertido en una leyenda del Tottenham tras una década en la disciplina londinense. Un jugador querido y admirado por sus aficionados al igual que por todo el planeta del balompié.
El hombre de la eterna sonrisa, esa que ya nunca más se volverá a ver en el Norte de Londres, en el Tottenham Hotspur Stadium. El surcoreano, del que ya se venía rumoreando que podía dejar el club este verano -hasta el propio técnico lo sugirió-, anunció este sábado en una emocionante conferencia de prensa su partida de los ‘Spurs’. El destino ha querido que su despedida sea en casa, en su país, ante la presencia de sus compatriotas.
Un nuevo reto profesional le espera y todo apunta a que será Los Angeles FC. El conjunto angelino ha sido el que más se ha interesado por la situación y todo parece indicar que las negociaciones llegarán a buen puerto en los próximos días. Allí le espera Hugo Lloris, con el que compartió vestuario en el Tottenham durante ocho campañas.
Un Son que se hace grande
Hay que rebobinar hasta el curso 2015-16 para recordar el desembarco de Son en Londres. El Tottenham le siguió la pista de su etapa en el Bayern Leverkusen (2013-2015) y lo fichó por 18 millones de libras, lo que viene a ser hoy al cambio casi 21 millones de euros. Un dinero bien invertido y más que amortizado por la alta rentabilidad que le ha dado en diez temporadas. No a nivel de títulos, sí a nivel de cifras goleadoras y de asistencias.
A lo largo de toda su aventura en los ‘Spurs’, el surcoreano ha sido capaz de ganarse el corazoncito de sus aficionados. Un hombre versátil, atrevido y con mucha hambre que siempre ha dado hasta la última gota de sudor por el equipo. Da igual que fuera ganando, da igual que fuera perdiendo… El atacante siempre ofrecía su mejor servicio con el único objetivo de salir victorioso.
Son ha reído y también ha llorado durante su estancia en en la disciplina inglesa. Jamás podrá olvidar la final de la Champions 2018-19 tras perder en la última batalla ante el Liverpool (0-2), al igual que la final de la FA Cup frente al Manchester City del curso 2020-21 (1-0). Y qué decir de los continuos resbalones de su equipo, que ha ido bajando sus prestaciones en el campeonato en los últimos tiempos. Todos estos malos tragos, incluido ese segundo puesto en la Premier 2016-17 y también las ocho semifinales disputadas, quedaron en el olvido hace poco más de dos meses.
Son, en un partido de Champions con el Tottenham
Un cierre ideal para afrontar nuevos horizontes
El tiempo pasaba y no había ningún atisbo de que el ciclo del surcoreano en el Tottenham contara con un título. El atacante había hecho lo indecible en su camino para lograrlo, pero no encontraba la forma. Ni siquiera con la ayuda de un delantero como Harry Kane, otro de los que tampoco contaba con un bautismo de trofeos a nivel profesional.
Afortunadamente, el fútbol siempre da revancha y ambos tuvieron que separar sus caminos para cumplir ese deseo. El británico se marchó al Bayern y ganó la Bundesliga, mientras que el de Chuncheon alzó al cielo de Bilbao, el pasado 22 de mayo, la Europa League. Después de innumerables intentos, ambos se quitaron un peso de encima.
Son deja un legado imborrable en el Tottenham, en el que ha firmado 173 goles y 94 asistencias en 454 partidos oficiales. Casi nada. Es historia viva del club. El cuarto con más encuentros, el cuarto máximo anotador y también el líder de asistencias. Otro de sus reconocimientos es el de ser el mejor jugador asiático de la Premier, con un bagaje de 333 choques, 127 tantos y 71 pases de gol.
La consecución de la Europa League fue el cierre perfecto a una década llena de luz en el Norte de Londres. Si ya de por sí es difícil ver el sol en el Norte de Londres, más lo será a partir de ahora sin ese brillo que desprendía el de Corea del Sur. (Besoccer)
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