Connect with us

Béisbol

Raleigh se convierte en el primer receptor en ganar el Derby

Publicado

El video se volvió viral la semana pasada, mostrando a un Cal Raleigh de 8 años pronosticando lo que finalmente sucedería la noche del lunes. Grabado hace 20 años con una cámara de mano —porque los teléfonos inteligentes aún no existían—, Raleigh ofrecía una premonición que hoy parece surrealista.

“¡Soy el campeón del Festival de Jonrones!”, decía el receptor de los Marineros en ese clip de 20 segundos de hace décadas, que se esparció como pólvora en el clubhouse de Seattle, en redes sociales, transmisiones nacionales y más, en los días previos al evento más importante del béisbol para los bateadores de poder.

Y, en efecto, 20 años después, el receptor de los Marineros es el campeón. Y lo que hizo la noche aún más especial fue que su padre, Todd Sr. —quien grabó el video viral— estuvo en el montículo, mientras su hermano menor de 15 años, Todd Jr., estuvo detrás del plato.

“El video es una locura”, reaccionó Raleigh desde el Truist Park, donde se convirtió en el primer receptor y bateador ambidiestro en ganar el Festival de Jonrones, uniéndose a Ken Griffey Jr. (1994, 1998, 1999) como los únicos campeones en la historia de los Marineros.

“Quiero decir, no sé de dónde sacaron ese video en los archivos. Es algo surrealista. No piensas que vas a ganar. Ni siquiera piensas que te van a invitar. Luego te invitan. Y el hecho de que lo ganes con tu familia presente, es algo muy especial. Qué noche”.

Tras avanzar en la primera ronda —literalmente— por menos de una pulgada, Raleigh superó cómodamente a la primera gran figura de la noche, el dominicano Oneil Cruz, en la segunda ronda. Luego cerró su noche mágica al imponerse sobre el también quisqueyano Junior Caminero, quien intentó una reacción tardía pero se quedó sin los 27 lanzamientos asignados antes del tiempo extra, donde no logró alcanzar a su rival.

La victoria del lunes también representó un cierre apropiado para el gran año que ha tenido Raleigh, nativo de Carolina del Norte y líder jonronero de MLB en 2025, quien llegó a la pausa del Juego de Estrellas con más vuelacercas (38) que todos los jugadores en la historia a mitad de temporada, salvo uno: Barry Bonds con 39 en 2001.

Raleigh cerró la noche con 17 jonrones en la ronda inicial (lo que lo colocó como el sembrado Nro. 4 entre los cuatro finalistas), 19 en la segunda ronda (superando los 13 de Cruz) y 18 en la final (por encima de los 15 de Caminero).

El ambidiestro también conectó desde ambos lados del plato, pero solo en su primera actuación. Ese cambio de lado casi le cuesta caro, ya que no mantuvo el mismo ritmo bateando a la derecha y terminó empatado con el cañonero de los Atléticos, Brent Rooker.

Y el desempate fue, sin duda, uno de los momentos más dramáticos de la noche. En ese caso, el criterio fue el jonrón más largo de la ronda.

El de Raleigh fue de 470.61 pies, mientras que el de Rooker alcanzó 470.53 pies —una diferencia de décimas que permitió que “Big Dumper” soltara un suspiro de alivio. Si ese empate hubiera ocurrido en semifinales o la final, ambos habrían tenido que disputar una ronda especial de tres swings consecutivos hasta que se definiera un ganador, pero ese formato no aplica en la primera ronda.

“Dios mío, qué cerca estuvo”, exclamó Raleigh. “Es una locura. Si esa pelota queda una pulgada más corta, ni siquiera estoy entre los cuatro finalistas, lo cual es increíble. Así que supongo que tuve suerte. Fue como una galleta extra”.

Después de avanzar por muy poco, Raleigh realmente encontró su ritmo. Dejó de golpear la bola con efecto descendente y se concentró exclusivamente en batear a la zurda, usando su bate personalizado “torpedo” de Rawlings —un modelo balanceado, a diferencia del que usa como derecho, que es más cargado hacia la parte más gruesa.

“Creo que la primera ronda fue la más difícil, sinceramente”, reconoció Raleigh. “Tres minutos se sienten largos. De todos modos, hablé con mi papá y mi hermano, obviamente. Les dije: ‘Quiero batear de ambos lados.’ Pensé que sería algo genial, ganara o no. Por suerte, logré avanzar y me sentí más cómodo bateando a la zurda. Como teníamos chance de ganar, decidí quedarme con el lado que mejor funcionaba”.

Aun así, para Raleigh, más allá de la victoria, participar por primera vez en el Derby fue una experiencia especial por compartirla con su padre y su hermano. Todd Jr. (a quien llaman “T”) ya es más alto que Cal, con 6 pies y 3 pulgadas, y sigue un camino similar en el circuito de béisbol juvenil en —coincidentemente— el área de Atlanta. Todd Sr., su padre, es el entrenador del equipo, tal como lo fue con Cal hace más de una década.

“Cuando eres padre, lo ves diferente porque lo único que quieres es que tus hijos sean felices”, comentó Todd Sr. “No puedo expresar lo afortunado y bendecido que me siento. Todos los que juegan béisbol, cada papá sabe que uno también pudo haber sido ese tipo. Cal pudo haber sido ese jugador. Hacer esto como familia ha sido realmente especial”.

Todd Jr. bromeó diciendo que tuvo el mejor asiento de la noche —y que se quedará con toda la mercancía exclusiva que les dio MLB. Y en un tono más serio, habló sobre cuánto admira a su hermano mayor.

“Todo”, dijo “T”. “Su estilo, la forma en que juega, cómo se entrega en el terreno”.

La noche del lunes fue el capítulo más reciente —y más épico— de una temporada de ensueño para Raleigh, que ha estado llena de momentos especiales y promete aún más en la segunda mitad del año y más allá. (ESPNDEPORTES)

TABLA LIGA NACIONAL

Derechos Reservados © 2025 Diario Deportivo MÁS, Honduras Centro América. Politica de Privacidad