De Todo Un Poco
Marcelo Gallardo, corazón y cabeza de un poderoso River Plate

Con una vida en River, club al que unió su destino desde que tenía 12 años hasta convertirse en símbolo y estatua, el entrenador Marcelo Gallardo encara por tercera vez el reto de llevar al Millonario a lo más alto y conquistar el Mundial de Clubes.
En suelo estadounidense, Gallardo conducirá nuevamente a River en busca de una de las pocas coronas que faltan en la vitrina del DT más exitosa de la historia del club de la banda roja, con 14 títulos en su haber.
Pero al Muñeco, como se lo conoce, el Mundial de Clubes le ha sido esquivo, con un primer episodio en el que llegó a la final hace diez años, rendido de manera contundente ante un Barcelona pletórico de estrellas, con un tridente encabezado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, que se impuso por un holgado 3-0 en Yokohama.
A fines de 2018, y apenas días más tarde del inolvidable éxito sobre su archirrival Boca Juniors en Madrid por la Copa Libertadores, River regresó al Mundial de Clubes, pero en las semifinales perdió sorpresivamente por penales con el emiratí Al-Ain (2-2; 4-5), y debió conformarse con el tercer puesto, con un holgado 4-0 sobre Kashima Antlers.
«Vamos a competir. No me gusta la palabra, pero el objetivo va a ser medirnos. Las posibilidades van a depender de cómo funciona el equipo. No quiero ir a ver qué pasa, eso no está en mi esencia», sostuvo el DT antes de viajar a Estados Unidos.
«Después, si nos toca perder porque el rival hizo más méritos, bueno, nos ha pasado, pero no hay un equipo de esos que digas ‘no hay ninguna posibilidad'», agregó, acaso con una referencia a lo sucedido en 2015, cuando le tocó cruzarse con un Barcelona de leyenda.
«Si corregimos algunos déficits que tuvimos y potenciamos cosas que hicimos en estos últimos dos meses, no tengo dudas de que podemos enfrentarnos con cualquiera», insistió Gallardo, que tendrá como carta principal al crack juvenil Franco Mastantuono, que se despedirá de River en el Mundial de Clubes para luego sumarse a Real Madrid.
– Una vida millonaria –
Gallardo, de 49 años, comenzó su carrera en River como jugador desde las divisiones infantiles y se estrenó en primera como volante creativo en 1993, donde permaneció seis temporadas, hasta que el Mónaco adquirió su ficha en 8 millones de euros a mediados de 1999.
Regresó en 2003 a River, como lo haría casi siempre a la entidad de la banda roja, aunque en 2007 volvió a Francia, ahora para fichar por el Paris Saint-Germain, donde actuó un año, para luego pasar al DC United (MLS), inició una tercera etapa en la entidad bonaerense y culminó su carrera como futbolista en Nacional de Uruguay, que también vio su estreno como director técnico.
Pero, una y otra vez, Gallardo volvería a River, ahora con el traje de entrenador, a mediados de 2014, para iniciar un ciclo histórico que abarcó siete títulos locales y siete internacionales, incluidas las copas Libertadores 2015 y 2018, la Copa Sudamericana 2014, la Recopa Sudamericana 2015, 2016 y 2019, y la Copa Suruga Bank 2015.
Después de ocho años y medio, anunció la final de esa primera etapa como DT del Millonario, ya los pocos meses en la puerta del estadio Monumental se emplazó una estatua suya de 7 metros de alto. Meses después probó suerte en el Al-Ittihad, de la liga saudí, pero los malos resultados provocaron su despido tras apenas medio año de campaña.
Y nuevamente sus pasos lo encaminaron de regreso a River, con una segunda etapa como DT que inició en agosto de 2024, todavía sin celebraciones en los casi diez meses de esta nueva gestión.
«No hace mucho que me fui, pero parece que nunca me fui. Volver al club y recorrer el mundo River me hace sentir como en casa. Estoy bien y con muchísimas ganas, en un lugar donde estoy cerca de los que me quieren y donde quiero estar. Estoy en el lugar que pertenezco», señaló el día de su vuelta al Millonario.
Como entrenador, Gallardo se dirigió a River en 474 partidos, con 251 victorias, 133 empates y 90 derrotas, y una eficacia del 62,3%, a lo cual pueden agregarse los 305 encuentros que jugó con la camiseta de la banda roja, con 69 goles anotados.
Su habilidad como futbolista lo llevó a actuar durante casi una década en la selección argentina, con 45 partidos y 14 tantos en su cuenta, con participación en el Mundial de Francia 1998 y la obtención de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
