Fútbol Internacional
El Atlético, otra vez al límite

El Atlético de Madrid regresó de repente este domingo a octubre, de forma abrupta, a aquel 4-0 con el Benfica en la Liga de Campeones, tan duro como el 4-0 encajado contra el Paris Saint Germain, para quedar de nuevo al límite, pendiente de dos victorias en el Mundial de la Clubes para depender de sí mismo, mientras analiza y corrige una derrota total en la primera cita.
«Estamos dolidos. Empezar así el torneo es muy complicado masticar esta derrota, pero vamos a estar unidos, estar todos juntos en el hotel, hacer piña que es lo que tenemos que hacer, pensando ya en el partido de Seattle para hacer un grandísimo partido e intentar pasarlos por encima para intentar ganar», proclamó Koke Resurrección, el capitán de un equipo dañado, zarandeado en su puesta de largo en este nuevo torneo.
La previsible victoria posterior por 2-1 del Botafogo sobre el Seattle Sounders alertó aún más al conjunto rojiblanco, que debe vencer sus dos encuentros, sin atender a más marcadores, porque la diferencia general de goles en la que influiría el 4-0 en contra de este domingo solo tomaría importancia en el caso de la igualdad en sus duelos particulares con el equipo brasileño o el estadounidense, sus rivales ahora más directos.
«Si dos o más equipos de un mismo grupo tuvieran los mismos puntos tras completar la fase de grupos, se aplicarán los siguientes criterios, en el orden indicado, para determinar su posición: a) mayor número de puntos obtenidos en los partidos de grupo entre los equipos en cuestión; b) mayor diferencia de goles en los partidos de grupo entre los equipos en cuestión; c) mayor número de goles marcados en los partidos de grupo entre los equipos en cuestión», recoge el reglamento del torneo, publicado en la página web oficial de la FIFA.
En el caso de un empate, por ejemplo, con el Botafogo, la diferencia general sí puede tomar una dimensión decisiva, puesto que son los mismos criterios pero extendidos a los cuatro conjuntos del grupo. Y ahí el Atlético tiene -4 por el +1 del club brasileño, que aún debe jugar, eso sí, con el PSG. Es un aviso. También un aliciente: dos triunfos seguidos son una garantía absoluta para ser segundo para el conjunto español.
Sólo 13 victorias en 27 partidos
Ahora último de grupo, está advertido por una secuencia de resultados no sólo de ahora, sino de meses atrás. Sólo ha ganado 13 de sus últimos 27 partidos desde que terminó con aquella fantástica racha de 15 triunfos sucesivos. Ha perdido ocho de esos duelos y ha empatado seis. Pero también ha transitado por situaciones parecidas, incluso esta campaña, al 4-0 con el París Saint Germain, cuando en octubre recibió un 4-0 en Lisboa.
Dos de sus peores derrotas en 13 años de la era Simeone (junto con sendos 4-0 contra el Borussia Dortmund en 2018 y el Bayern Múnich en 2020) las ha concentrado en ocho meses y en una misma campaña.
Entonces, en octubre las dudas estaban disparadas, como ahora, después del batacazo que se pegó en Lisboa salvando las distancias entre un equipo que llegó a los octavos de la Champions y el absoluto campeón de Europa que lo goleó este domingo.
La reacción del Atlético no fue rápida ni sencilla entonces. Al 4-0 contra el Benfica le siguió un 1-1 frente a la Real Sociedad que despertó el espíritu defensivo que siempre fue el origen de todo en este equipo dirigido por Diego Simeone. Por delante en el marcador al inicio, por medio de Julián Alvarez, el conjunto rojiblanco sólo se protegió después. Y no venció.
En variadas ocasiones, cuando sucede un resultado así, el enfoque de Simeone ha sido hacia atrás: recuperarse, rearmarse y fortalecerse en defensa para crecer en todo lo demás.
De aquel 4-0 con el Benfica, con un experimento de sistema que le salió fatal al técnico en La Luz, al siguiente duelo, Simeone incluyó cambios, sobre todo, con las apariciones de Clement Lenglet y Javi Galán en el Reale Arena para consolidarse después en las alineaciones iniciales del entrenador.
Un triunfo en cuatro encuentros tras el 4-0 en Lisboa
El Atlético tardó en recomponerse, con una sola victoria en sus cuatro encuentros siguientes, con las derrotas también frente al Lille (1-3) y al Betis (1-0) que forzaron a la reflexión interna y exhaustiva de todo el grupo, a mirarse a sí mismos, a reforzarse atrás para restablecer su prioridad defensiva y golpear con pegada en ataque. Una fórmula que retrocedió a los primeros momentos de la era Simeone, a la construcción de aquel grupo que dio el gran salto a la elite. Tras el despropósito del Villamarín, el Atlético encadenó 15 triunfos. Una racha histórica.
En este caso, dentro del Mundial de Clubes, un rival como el Seattle Sounders, muy inferior al Atlético por todo lo comprende un encuentro de fútbol, pero más aún en lo esencial, el ritmo de juego, no parece que invita a la precaución defensiva, sino al ataque, porque necesita ganar con cuantos más goles mejor y, además, su superioridad sobre el oponente de la liga estadounidense es evidente.
Sí se prevén cambios en el once. Los necesita el Atlético. Uno será obligado, por la baja de Clement Lenglet por sanción. José María Giménez entrará en la alineación. Jerarquía en tiempos comprometidos. Por ahí, la figura de Koke Resurrección también sobresale como opción. Igual que las piernas de Conor Gallagher. La incógnita, en ataque: Alexander Sorloth u otra vez Antoine Griezmann, con más posibilidades aparentes para el delantero noruego.
Antes, hay datos por abordar por el Atlético con la derrota 4-0 contra el PSG. Es el segundo encuentro del curso en el que menos pases intentó, con 287, sólo por encima de los 284 contra el Bayer Leverkusen en la Liga de Campeones, cuando se quedó con diez mediada la primera parte por la expulsión de Pablo Barrios y remontó finalmente un 0-1 en contra (2-1).
Por envíos completados, el golpe con el París Saint Germain, con 240 entregas, sólo lo empeoran tres duelos: el citado con el Leverkusen, con 227; otro contra el Celta de Vigo en el Metropolitano, con el factor de la tarjeta roja a Barrios de nuevo como condicionante, cuando una entrada en medio campo le costó la expulsión en el minuto 4, y el citado 1-1 frente a la Real Sociedad justo después de aquella debacle en Lisboa.
Esa comparación describe todas las dificultades, calor incluido, que sufrió el Atlético en el Rose Bowl de Pasadena, donde sólo concretó un tiro entre los tres palos. De Antoine Griezmann, en la primera parte. Sólo le ha ocurrido en cuatro ocasiones antes en este curso. En dos marcó gol en su único remate (1-1 con el Real Madrid y 1-1 con la Real Sociedad). En otras dos, ni siquiera tiró: perdió 0-1 con el Barcelona y cayó 4-0 con el Benfica. EFE
