El beticismo, sin que haga mucha falta que le toquen las palmas, ya ha empezado a calentar motores en Sevilla cuando aún falta mucho para que a las 21.00 horas de este miércoles el bosnio Irfan Peljto dé el pitido inicial de la final de la Liga Conferencia que disputarán el Betis y el Chelsea inglés en el Tarczynski Arena de la ciudad polaca de Breslavia.

La cita es a las nueve de la noche de este miércoles marcado en rojo en el santoral verdiblanco en el Benito Villamarín, que abrirá sus puertas dos horas antes para que más de cincuenta mil béticos alienten a los suyos desde el epicentro del club de las trece barras en las tres pantallas gigantes instaladas en el estadio.

Pero hasta entonces, y mientras la ‘marcha verde’ de aficionados verdiblancos llega a Breslavia por las más variadas combinaciones y medios, en Sevilla ha empezado a intuirse la marea verde de esta tarde con camisetas de toda índole desde primera hora de la mañana.

Hasta un conserje de un edificio céntrico de oficinas, Francisco, ha decidido que, pese al sevillismo de la mayoría de sus inquilinos, le da exactamente lo mismo y que mañana, pase lo que pase, se la pondrá también.

Son cuarenta los grados que se esperan este martes en la ‘ciudad del Betis’, como la llaman los irreductibles, pero ello es ni ha sido óbice para que los béticos empiecen a echarse a la calle de manera escalonada ante la perspectiva y expectativas de una noche que esperan mágica.

Muchos balcones lucen colgaduras con banderas béticas y llamamientos a volver a la Plaza Nueva tres años después de que este enclave se convirtiera en símbolo del beticismo y lugar de cita de la celebración de la Copa del Rey ganada en 2022 en La Cartuja al Valencia.

‘Yo iba de Pellegrini y me cogiste de la mano’, reza una en la vecina Plaza del Salvador en doble referencia a la sevillana de María del Monte y al santo y seña, el técnico chileno que, como su equipo, vivirá en Breslavia su primera final europea ante el equipo que dirige su discípulo y exjugador del eterno rival bético, el italiano Enzo Maresca.

En todo caso, el cántico más tarareado es el ‘Betis alé, Real Betis Balompié, tienes que ganar la Copa, a Plaza Nueva hay que volver’, la banda sonora del título copero de 2022 que se pretende repetir ante el todopoderoso Chelsea, al que ya ganó en el Villamarín hace casi veinte años en Liga de Campeones con el gol del canterano Dani.

Ese cántico es la leyenda de la gigantesca pancarta que exorna la fachada del Benito Villamarín que da a la avenida de La Palmera, la que va desde el centro histórico de Sevilla al estadio bético y que se convertirá en la arteria verde por la que transite la afición bética hacia su casa durante toda la tarde de este tórrido miércoles.

La Fundación Toro de Lidia se ha sumado a la fiesta con unas imágenes del gran bético Curro Romero en la final de La Cartuja y uno de los himnos del beticismo -‘Hay una leyenda que recorre el mundo entero’-, y otro bético de enjundia con hijo futbolista además, José Antonio Morante de la Puebla, será el aperitivo de la final con su actuación en Las Ventas: sólo le faltaría salir de verde y oro.

Heliópolis, el barrio del Betis, también calienta motores en verdiblanco en sus numerosos bares y terrazas hasta la hora del partido mientras en la Plaza Nueva espera el patrón de la ciudad, convertido en bético por un sevillista confeso, el simpar Silvio Rodríguez Melgarejo, que cantó aquello impagable de «cuando el rey don san Fernando conquistó Sevilla, él se preguntó dónde está mi Beeeti, Beeti..»

A los pies del Rey Santo, también espera un escudo con las trece barras que pocos conocen y que no es fácil de ver y distinguir a menos que se sepa dónde está porque los chinos de río con el que está hecho hace que se confunda con el pavimento de la plaza. EFE