Récords negativos para un Real Valladolid con nuevo dueño

El Real Valladolid ha logrado varios récords negativos esta temporada, tras perder, en el último encuentro de la misma, ante el C.D Leganés (3-0), encadenando así doce derrotas consecutivas y solo un punto en la segunda vuelta -el peor registro en la Primera división española de fútbol-.

A esto se añaden los 90 goles en contra -fruto de 30 derrotas- y el descenso más barato de la historia, con 16 puntos -solo superado por el Sporting de Gijón, que sumó 13 en la campaña 97/98-, unos números que invitaban poco a los posibles compradores del club.

Pero estos finalmente han llegado, de la mano de Gabriel Solares, empresario mexicano que se ha convertido en asesor de la adquisición de la entidad deportiva por parte de Ignite, el grupo norteamericano que ha comprado las acciones a Ronaldo Nazário.

Solares ya ha visitado Valladolid y el estadio José Zorrilla. De hecho, estuvo viendo las instalaciones durante la celebración de la Copa del Rey de rugby que se celebró en este escenario el sábado, y hablando con algunos integrantes del club blanquivioleta.

Durante este lunes, han sido otros representantes del grupo inversor los que se han acercado hasta Valladolid para ir conociendo, de primera mano, todo lo relacionado con el Real Valladolid, a través de su director general, Luis García.

Ha comenzado un nuevo camino para el club vallisoletano, cuya prioridad ha de ser lograr una estabilidad en la máxima categoría del fútbol nacional, aunque para ello deberán realizar una importante criba en la Dirección Deportiva, cuerpo técnico y plantilla.

Tres descensos, malas decisiones y promesas incumplidas

El ya expresidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazário, ha puesto fin a siete años de promesas, algunas incumplidas, como la creación de la Ciudad Deportiva, aunque en este caso, la piedra está en el tejado del Ayuntamiento de la ciudad, que no ha sido capaz de dar ningún paso para iniciar las obras.

Al final, es el plano deportivo lo que le preocupa a la afición y a los seguidores blanquivioletas, y este ha sido nefasto, con esos números vergonzosos en el tercer descenso de la «Era Ronaldo», que le han convertido en una «persona non grata», una nominación que se pidió a los grupos políticos que se efectuara, y que quedó en una anécdota más de esta aciaga campaña.

Resulta curioso que se hayan cebado en la gestión de Ronaldo, que desde luego no ha sido la mejor en lo que respecta a resultados, y en el técnico uruguayo, Paulo Pezzolano, otro foco de las críticas de los abonados, mientras que Diego Cocca, al que apenas le dio tiempo a aterrizar en el club, y Álvaro Rubio, se han quedado al margen de las mismas.

Este último, un entrenador «de la casa», que prácticamente se vio obligado a recoger los restos de un evidente naufragio, ya que las líneas de flotación habían sido bombardeadas sin piedad por unos y otros, pero cuyo desempeño también ha dejado mucho que desear.

Alineaciones «peculiares», sin continuidad -no solo debido a lesiones o sanciones-, con cambios constantes de esquemas que, si bien es cierto que permitieron mejorar algo la imagen del equipo, sobre todo, tras las correcciones efectuadas durante los partidos, resultaban, cuanto menos, fuera de lugar.

Hasta Anuar, uno de los referentes del Real Valladolid por su condición de canterano y luchador, que ha permanecido 17 años defendiendo la camiseta blanquivioleta, tomó la decisión de abandonar el barco, en vista de lo que se había visto, y lo que había por ver.

Largo proceso de recuperación

La realidad es que el astro brasileño ya ha pasado a la historia, que el Real Valladolid vuelve a estar en Segunda, y que se vive un momento de incertidumbre hasta que se conozcan las pretensiones de los nuevos propietarios, que no van a tenerlo nada fácil para devolver la confianza a los aficionados.

Demasiadas heridas abiertas que deben ir curándose de una en una. Algunas, pueden solucionarse con «betadine», pero otras van a requerir de intervenciones más precisas. Se irá viendo si los recién llegados tienen capacidad quirúrgica para hacer que el enfermo vuelva a estar al cien por cien de su capacidad. EFE