Fútbol Internacional
A este Madrid le queda grande Anfield
Con seis puntos de quince posibles, el Real Madrid ya está inmerso en la peor fase de grupos de su historia en la Champions League. Para su fortuna, es también la más extensa, por lo que tiene tres partidos por delante para aliviar la herida y meterse, al menos, en la ronda extra de dieciseisavos.
Un premio, por llamarlo de alguna manera, insuficiente para el vigente campeón. El equipo que aún tiene la copa en casa, pero que juega como si no supiera lo que es levantar una ‘orejona’.
Porque una cosa es vencer a Osasuna y Leganés y otra es visitar Anfield ante el mejor equipo de Europa. Ese que ha logrado, entre Premier y Champions, 46 de 51 puntos posibles. El optimismo de los de Carlo Ancelotti, que lo veían como una oportunidad para despegar una temporada hasta el momento tétrica, fue descuajeringado rápidamente por el fútbol de los de Arne Slot.
No era solo Anfield, con su grada, la que oprimía al Madrid, era también la velocidad de balón, la coordinación del centro del campo y los tres de arriba y la sensación de que, mientras los ‘Reds’ tienen clarísimo qué hacer, el Madrid deambula.
Y se salvó durante minutos y minutos porque Courtois es el mejor del mundo. Sacó tres a Darwin Núñez, a cada cual más difícil, y también una al joven Conor Bradley, quien hizo olvidar a Trent Alexander-Arnold.
Alexis Mac Allister, animado a llegar hasta la frontal por la escasa telaraña blanca, tiró una pared con Bradley y, frente a Asencio, tejió un disparo cruzado imposible para Courtois.
Había caído una pared, una losa mental para el Liverpool, viudo en los últimos ocho choques contra el Madrid, pero este siempre vuelve, y de la nada, Lucas Vázquez, que llevaba segundos en el campo, se inventó un penalti ante el ‘torpe’ Andy Robertson.
En su momento de redención, Mbappé encaró los once metros y Kelleher le adivinó el lanzamiento. Hablando de losas mentales, Kylian.
Mohamed Salah, instantes después, en un penalti muy parecido hecho por Ferland Mendy, replicó el fallo del francés. Esta vez lanzado con pura rabia, la de un hombre que solo sabe lo que es perder contra el Madrid. Su disparo lamió el palo y se perdió, pero sonrió el egipcio.
La ventaja, la inercia y el fútbol estaba del lado del Liverpool. Merecía más el 2-0 el equipo de Slot y, cuando Cody Gakpo lo cabeceó en frente de The Kop, la justicia por fin dio la mano a los ‘Reds’.
El Liverpool doblegó a su bestia negra, al equipo que le cazó en dos finales de Champions y le expulsó en dos eliminatorias. El principal causante de que, en las nueve temporadas de Jürgen Klopp en Anfield, solo cayera una Champions.
Al Madrid, le quedó grande este escenario. Era un temor que existía vista la lúgubre temporada del equipo blanco, pero este miércoles se confirmó. Ahora queda aferrarse a la proeza, a ganar en Bérgamo al Atalanta, al Salzburgo en casa y al Brest, fuera.
Pero esto es el Real Madrid, el equipo que se ha cansado de enseñar que lo que ocurre en noviembre no importa. Solo el que levanta el título en mayo.