Kayla Nemour, la primera medalla olímpica para la gimnasia argelina, árabe y africana

Argelia se rinde estos días ante sus mujeres deportistas; después de que la boxeadora Imane Khelif acallara la polémica sobre su sexo y se asegurara una medalla en París por su paso a semifinales, la joven Kayla Nemour pisó el primer podio olímpico de «la historia de la gimnasia argelina, árabe y africana».

«Mi lugar está con Argelia», confesó en el Bercy Arena la gimnasta, nacida en Francia, que decidió competir hace dos años por la bandera del país de origen de su padre: «Eres tan increíble, Kayla. Toda Argelia está orgullosa de ti», declaró el ministro argelino de Deportes, Abderrahmane Hammad, sin cuestionamientos.

Como tampoco los hubo pese a la polémica internacional en torno al sexo de Khelif, Argelia encumbra a sus deportistas como «heroínas», también de la diáspora.

Deportistas argelinas
Nemour, con 17 años, ha traído la sexta medalla de oro para el país norteafricano en la historia de los Juegos Olímpicos que inauguró la corredora Hassiba Boulmerka en las olimpiadas de Barcelona de 1992.

En el recuerdo hoy, históricas argelinas como la corredora Sakina Boutamine, que debutó en los Juegos de Tokio de 1964; la atleta Nouria-Bénida Merah, también oro en Sidney 2000; y la judoca Salima Souakri, campeona de los Juegos Panafricanos, cuyo perfil en redes copan las fotos triunfantes de Khelif y Nemour.

Herederas de estas deportistas, Khelif y el tándem de judocas Louiza Abouriche y Cylia Ouikene ya habían atraído la atención estos años recientes con títulos continentales que posicionaban el deporte femenino argelino.

«Has honrado a la mujer argelina», dijo a Khelif el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune.

«En nombre del Ejército, en nombre de la Presidencia de la República y en nombre del pueblo argelino, nos felicitamos y a nuestra atleta Nemour por su medalla de oro», celebró Tebboune.

Oro inesperado
«Quienes molestan, no van ganar nada», declaró la histórica Boulmerka ante la campaña contra la participación de Khelif en los Juegos, pensando que con su entrada en las seminifinales se convertiría en la primera en hacerse con el oro para Argelia, cuando Nemour dio este domingo la sorpresa.

Símbolo de la diáspora argelina y su descendencia, con la mayor comunidad en Francia, Nemour superó la presión de las desavenencias con la federación francesa, a la que perteneció, y alcanzó su plaza olímpica como campeona de África.

Su ruptura con Francia se produjo en 2021, tras dos operaciones en la rodilla, y cuando los médicos de la federación francesa consideraron precipitada su competición olímpica, aunque el cirujano le había dado el alta.

Argelia entonces, donde nació su padre Jamal Nemour, le dio la bienvenida. Su madre Stephanie, francesa, estalló en lágrimas con el triunfo de Kayla este domingo en las barras asimétricas y agradeció el aliento de los argelinos tanto de Francia como de Argelia.

En esta ocasión, el fervor del país magrebí ha saltado al resto del vecindario: Nemour no solo es la primera en conseguir una medalla para la gimnasia argelina, sino para la del mundo árabe y el continente africano. EFE