La despedida soñada…

No cabe duda de que los jugadores, entrenadores y hasta los árbitros tienen sus sueños a cumplir y en el caso del experimentado Melvin Matamoros, quien debutó el 22 de julio del 2009 en el estadio Nacional en el duelo donde Motagua goleó 3-1 al Deportes Savio, este sábado cerrará una brillante carrera de 15 años en Liga Nacional y 21 con la gran final entre Marathón y Olimpia en el estadio Yankel Rosenthal.

Han pasado 5 mil 421 días desde el debut en Liga Nacional del oriundo de Morocelí, quien a base de buenos trabajos, con las dificultades normales de todos los árbitros, se fue abriendo camino en un grupo selecto donde aún se mantienen Armando Castro, Héctor Rodríguez y Raúl Castro.

A Melvin siempre lo diferenció algo, el trato afable al jugador de fútbol, supo imponer la ley en base a aplicar las 17 reglas de juego sin gritos ni ofensas, eso lo hizo ser respetado hasta por jugadores complicados y de carácter como Walter “Zurdo” Hernández o Reniery Mayorquín.

Fue tan buena su imagen en el arbitraje nacional que lo honran cerrando su carrera en una final, hecho que no sucedió con Óscar Moncada: “No todos los árbitros exitosos tienen la posibilidad de retirarse dignamente dirigiendo una final. Dios me está dando ese honor, agradezco a las autoridades de la Federación a través del presidente Óscar Velásquez y Benigno Pineda”, dijo previo a su último viaje como profesional del arbitraje.

Todas las finales (9) han sido especiales para Matamoros, pero hay una inolvidable: “Por lo vibrante del juego fue en el Clausura 2013-2014 entre Olimpia y Marathón, no hubo goles, se definió en penalties, esa vez hasta los árbitros lo vivimos a todo esplendor”, recordó.

Otra virtud de Matamoros es que ha sido una persona sencilla que cada uno de los 266 partidos que ha dirigido los ha sentido rutinarios: “El árbitro debe actuar de la forma más natural y sencilla. No podemos estar inventando cosas que nunca hemos hecho, las reglas están dadas y deben imponerse en el partido, sea normal, de liguilla o final”.

Matamoros que se apresta a viajar a la gran ciudad, lleva una mentalidad positiva: “No cabe duda, será el momento más bonito de mi carrera”.

Matamoros se va del arbitraje con una terna de lujo formada por los internacionales Cristian Ramírez, Gerson Orellana y Selvin Brown Jr, de quienes confía hacer un gran equipo arbitral y tener una final soñada, ya que su último cartucho se quema en el estadio Yankel Rosenthal, donde espera que el grupo arbitral sea el gran ganador e irse en silencio porque su partido 267 no dañó a ninguno. (GG)