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Fútbol Internacional

Luis Enrique supera su reválida

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En París era tabú hablar de la eliminación del París Saint-Germain en cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Barcelona y de sus consecuencias, pero superada esa reválida, el camino se allana para el proyecto que lidera Luis Enrique.

Las muestras de apoyo mostradas por el presidente, Nasser Al-Khelaifi al técnico español tras la remontada en Barcelona apuntan a que suma puntos para seguir en el banquillo parisiense aunque no logre el objetivo máximo, ganar la Liga de Campeones.

El trabajo del ex seleccionador español está ganando crédito en todos los estamentos de la entidad. El vestuario le respalda, la grada le idolatra y la prensa comienza a derribar los diques de dudas que había instalado sobre su trabajo.

Y la dirección catarí parece convencida de que la personalidad arrolladora de Luis Enrique es la ideal para afrontar esta etapa, el último coletazo de Kylian Mbappé y la era que se abre ante ellos tras la salida anunciada de su estrella.

El entrenador asturiano se siente cada día más cómodo en su nuevo trono y la eliminación de su anterior club le otorga galones para presumir de que tiene legitimidad para liderar el proyecto.

Un equipo desacomplejado

Luis Enrique ha cambiado una tendencia en el PSG que duraba desde la llegada de los cataríes, la de afrontar los duelos europeos como si se tratara de visitas al dentista.

El técnico ha liberado al vestuario de la enorme presión con la que afrontaba la máxima competición continental y, aunque el doble duelo contra el Barça ha generado algunas dudas, también ha demostrado que el equipo se ha quitado muchos complejos.

Luis Enrique tiene ahora tiempo para preparar las próximas citas que, como él tiene costumbre de decir, son claves: certificar un título de liga al que solo falta ponerle fecha, la final de la Copa de Francia en la que parten como claros favoritos y las semifinales de la Liga de Campeones contra el Borussia Dortmund, un rival que parece a su alcance.

Pero, sobre todo, el entrenador puede preparar un futuro sin Mbappé en el que, como él mismo suele decir con palabras más diplomáticas, no pasará por reunir una constelación de estrellas fichadas a golpe de talonario pensando más en la galería que en la coherencia del juego.

Mucho se le tiene que torcer la temporada a Luis Enrique para que su silueta no reine el año que viene en el banquillo del Parque de los Príncipes.

Incluso en caso de que no superara al Borussia, contra el que no perdió en los dos partidos de la fase de grupos, su futuro parece claro.

Luis Enrique ha conseguido, en su primer año, clasificar al club para semifinales por tercera vez desde la llegada de los cataríes y eso ha inflado la ilusión en la ciudad, que espera amortizar los últimos meses de Mbappé en el club.

El triunfo también la gestión que el entrenador está haciendo del final de la era del atacante, en particular su dosificación para los partidos clave.

Mbappé no estuvo particularmente brillante contra el Barcelona, sobre todo en el partido de ida, pero Luis Enrique aseguró que fue «claramente» el líder del equipo.

El técnico parece, además, haber encontrado el centro del campo que quiere para su idea de juego, con un Vitinha que se ha revelado como una pieza clave y el motor del juego parisiense, lo que ofrece esperanzas a los aficionados.

Con su triunfo ante el Barcelona, Luis Enrique ha evitado que se abriera una caja de Pandora que podía haberle arrastrado. Otra eliminación en cuartos habría mermado su prestigio y en un club con el nivel de exigencia tan elevado habría abierto el debate sobre su continuidad. Ahora, el futuro está a su alcance. EFE

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