La Liga brasileña desconfía de su escuela de técnicos

La Liga brasileña, que empieza este sábado, mira con recelo a los técnicos del país y en los últimos años ha apostado más decididamente por extranjeros, que hoy dirigen a 8 de los 20 clubes de primera división, con portugueses y argentinos como preferencias.

Los entrenadores foráneos representan un 40 % en la primera división del Campeonato Brasileño, la más potente de Sudamérica, un porcentaje muy superior al de algunas Ligas europeas, como España (25 %) e Italia (10 %), según los datos de la plataforma BeSoccer.

De Jorge Jesus a Abel Ferreira

Hace unas temporadas ver un extranjero sentado en un banquillo brasileño era algo excepcional, pero todo cambió cuando el Flamengo decidió darle las llaves del primer equipo al portugués Jorge Jesus en 2019.

El equipo de Río de Janeiro inauguró entonces la etapa más dorada de su historia. Ese año levantó la Copa Libertadores y el Campeonato Brasileño, algo que no sucedía desde la década de los 60 con el Santos de Pelé.

Los clubes quisieron entonces repetir la fórmula y comenzaron a desembarcar preparadores ‘gringos’, término que se usa en Brasil para referirse a los extranjeros, en equipos de primera y segunda línea.

Pero solo consiguió superar el expediente de Jorge Jesus un compatriota suyo, Abel Ferreira, en el Palmeiras.

Tras dirigir a Braga y PAOK de Grecia, llegó en noviembre de 2020 como un completo desconocido. Tres años y medio después, es el técnico más laureado de la historia del conjunto paulista, junto con Osvaldo Brandão, ambos con diez títulos.

Hasta el momento, Ferreira, discípulo de José Mourinho, ha levantado dos Libertadores (2020 y 2021), dos Ligas (2022 y 2023) y una Copa de Brasil (2020), entre otros trofeos.

El método luso está de moda, pues, además de Ferreira, António Oliveira, Pedro Caixinha y Artur Jorge dirigen a Corinthians, Bragantino y Botafogo, respectivamente.

La pizarra argentina gana terreno

La segunda nacionalidad preferida por los despachos brasileños es la argentina.

En este caso fue Jorge Sampaoli el que marcó el camino. En el último lustro, el exseleccionador de Chile y Argentina entrenó a Santos, Atlético Mineiro y Flamengo, aunque sin demasiado éxito.

Más continuidad ha tenido Juan Pablo Vojvoda. Después de pasar por Defensa y Justicia, Talleres y Huracán de su país, y Unión La Calera de Chile, dio el salto al fútbol brasileño de la mano del Fortaleza en 2021.

Con un presupuesto reducido, convirtió al tricolor leonino en un ejemplo a seguir. Su mayor hito fue la final de la Copa Sudamericana de 2023, que perdió de forma cruel en los penaltis ante Liga de Quito.

El preparador de General Baldissera continúa a día de hoy en su cargo en un país que es un triturador profesional de entrenadores.

Tres equipos más tradicionales han apostado igualmente por la escuela argentina: Internacional, con Eduardo Coudet; Atlético Mineiro, con Gabriel Milito, recién llegado; y Vasco da Gama, con Ramón Díaz.

Este último llegó al cuadro carioca a mitad de la temporada pasada, cuando el Vasco vagaba en la penúltima posición, y consiguió la permanencia in extremis, provocando además el primer descenso de la historia del Santos.

Cruzeiro, propiedad del exdelantero Ronaldo Nazário, y Athletico Paranaense también comenzaron la presente campaña con ‘gringos’ en el banquillo, aunque duraron poco.

El argentino Nicolás Larcamón estuvo apenas cuatro meses en la escuadra celeste. Al colombiano Juan Carlos Osorio le fue peor al frente del club de Curitiba: dos meses y despido fulminante tras la primera derrota.

Ambos fueron sustituidos por materia prima brasileña. Fernando Seabra comanda hoy al Cruzeiro y Alexi Stival ‘Cuca’, al Paranaense.

Pese a todo, los entrenadores brasileños aún se destacan. Cuatro sobresalen sobre el resto: el exseleccionador Tite (Flamengo), Fernando Diniz, campeón de la Libertadores de 2023 (Fluminense); Renato Gaúcho (Gremio) y el exportero Rogério Ceni (Bahía). EFE