A falta de nueve días para recibir al Real Madrid en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones renació el Leipzig que se reencontró con el triunfo (2-0) impulsado por el olfato goleador del esloveno Benjamin Sesko que sentenció el partido ante el Union Berlín.

Salió del bache a tiempo el cuadro de Marco Rose al que las dudas le invadían antes de afrontar el compromiso de la vigésima jornada. Fuera de los cuatro primeros puestos de la Bundesliga, al margen de la Champions, su paso estaba marcado por los cuatro partidos sin ganar que acumulaba, tres derrotas del tirón. Pinta de crisis.

Pero el partido se le puso de cara enseguida al Leipzig que contó ya con todo su arsenal. Dani Olmo restablecido, Xavi Simons en crecimiento, Sesko con puntería.

Fue una victoria a balón parado la obtenida por el Leipzig ante un rival que ha mejorado, ha logrado salir del descenso pero no de su amenaza. Marca la permanencia el cuadro de Danijel Jumic que apenas tuvo opciones y que jugó el último cuarto de hora con un futbolista menos por la expulsión de Christopher Trimmel.

Para ese momento en el que vio la roja el partido estaba sentenciado. Llegó en dos faltas. El primero, en el minuto 11, en un saque que llegó al área, al segundo palo que recogió Willy Orban y lo envió al punto de penalti donde estaba Sesko. Tiró el ariete y lo repelió un defensa. El rechace fue a parar a Lois Openda que, casi sin ángulo, batió a Alexander Schwolow.

Fue el meta visitante el que evitó un daño mayor para su equipo que pudo encajar el segundo en el añadido de la primera parte, en un cabezazo de Sesko que a la vuelta de vestuarios, tras el descanso, logró marcar el que sentenció el partido.

Fue en otro balón parado, ejecutado por David Raum, que aprovechó el esloveno para rematarlo de cabeza hacia la red.

Se entregó el Union Berlin y pudo hacer más daño el cuadro de Rose pero Schwolow salió al paso como en el remate de Dani Olmo al borde de la hora de juego, poco antes de que centrara a Sesko y marcara. El VAR, sin embargo, privó a los locales del tercer gol, por fuera de juego.

Quiso tomar medidas el preparador visitante con un triple cambio. Sacó al campo, de una tacada, a tres jugadores: Kevin Volland, Rani Khedira y Aissa Laidouni pero el equipo no lo notó. Bajó los brazos del todo en el minuto 73, cuando Christopher Trimmel vio la tarjeta roja y dejó a su equipo con diez por una dura entrada sobre David Raum