Connect with us

De Todo Un Poco

Estadísticas confirman declive de Lewandowski

Publicado

Robert Lewandowski no pasa por su mejor momento de cara a la meta. Es evidente a ojos de las sensaciones, pero también de la estadística. ¿Quiere decir esto que esté acabado? No. ¿Que debe pensar en el retiro? No.

¿Que jamás volverá a ser lo que era? Tampoco. Es uno de los mejores delanteros de la historia y, más en concreto, del siglo, aunque la realidad advierte de una venida a menos.

El campo de estudio son sus 2 temporadas más recientes puestas de frente con lo que va de la actual. Al tratarse de valores por cada 90 minutos, se puede contemplar su dinámica.

En numerología pura, cualquier dato se desvirtuaría, como su conclusión, porque, este curso, el polaco ha salido al campo en 17 ocasiones. Tanto en el 22-23 como en el 21-22, su último con el Bayern de Múnich, lo hizo en 46, aunque con un minutero un poco más grueso en Alemania.

Su promedio de goles se ha reducido a la mitad. Garantiza 0.49 por cada enfrentamiento, un drástico declive respecto al 1.06 que acompañaba a su campaña de despedida en la Bundesliga.

En su primer año en España, ya se dejó caer un poco en lo relativo a su faceta de ‘killer’ con un ritmo de 0.7, una suerte de punto medio entre su exuberancia en Baviera y su sequía en la Ciudad Condal. Esta muesca podía ser fruto de un proceso de adaptación y la semilla de una mejora. Finalmente, fue el aviso de una reducción en sus prestaciones ante la portería.

¿A qué se debe este empeoramiento en su resolución de las jugadas? Las victorias del Barcelona contra el Oporto y el Atlético de Madrid escenificaron las razones. No está fino en el remate.

En su periodo germano, llegó a dibujar remaches imposibles a centros que no iban del todo medidos. Ahora, no termina de encauzarlos aunque le lleguen en una buena posición. 2 estadísticas confirman que este análisis, sea más o menos debatible, cuenta con una base consistente.

La 1ª puede resultar engañosa: efectividad. El último Lewandowski del Bayern mandaba el 48.08 de sus intentos al fondo de las mallas.

Los 2 del Barcelona lo hicieron y hacen en el 43.42% y el 44.44% de sus oportunidades. Aunque la trayectoria sea descendente, no es alarmante. Entonces, ¿dónde está la clave si no está siendo especialmente menos peligroso cuando las tiene? Que no las tiene. De 0.53 ocasiones cada 90 minutos en Alemania, ha pasado a 0.42 la temporada pasada y a 0.12 en la presente.

Es complicado verle acudir más veces a la banda para celebrar goles cuando tan solo genera 0.12 escenarios para conseguirlo por partido. Uno de los factores es colectivo: no se puede responsabilizar solo a él del dinamismo ofensivo del Barcelona.

Si el equipo no es capaz de que se plante solo ante el portero, puede deberse a un problema de juego, no necesariamente de ‘killer’, pero también es cierto que él ha decaído en su habilidad para dirigir balones entre los palos del cancerbero.

¿Cómo comprobarlo? Atendiendo a su ratio de tiros, de tiros a puerta y al porcentaje de tiros que van a puerta. En la 21-22, tiraba 3.98 veces por encuentro y 2.21 (el 55.53%) iba a puerta; en la 22-23, tiraba 3.47 veces por encuentro y 1.61 (el 46.4%) iba a puerta, y en lo que va de 23-24, tira 2.51 veces por encuentro y 1.1 (el 43.8%) va a puerta.

En conclusión, su saco de goles languidece en paralelo con su capacidad para retar al portero. (Besoccer)

Ver Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

TABLA LIGA NACIONAL

Publicidad
Publicidad
Publicidad

Derechos Reservados © 2023 Diario Deportivo MÁS, Honduras Centro América.