El Olympique de Lyon, con el tercer mayor presupuesto de la Ligue 1 y ganador este siglo de siete campeonatos consecutivos, es actualmente colista, a cinco puntos de la salvación.

La derrota en casa del domingo ante el Lille (0-2) frenó el atisbo de reacción del equipo dirigido por el italiano Fabio Grosso, que había vencido al Rennes (0-1) el 12 de noviembre en su primer partido de la temporada antes del parón de selecciones.

Aunque tiene un partido menos -el que se suspendió ante el Marsella por el apedreamiento al autobús lionés que terminó con el propio Grosso herido en el rostro-, las estadísticas del equipo del Ródano no dejan demasiado margen de maniobra, como reconoció el propio técnico.

Semifinalista en 2020 de la Liga de Campeones y club formador de Karim Benzema, el Lyon suma hoy siete puntos (una victoria, cuatro empates y siete derrotas) en 12 encuentros, su peor arranque histórico en la máxima categoría del campeonato galo, superando a los cursos 1979-1980 y 1992-1993.

Unos malos resultados que se explican, en primer lugar, por la inusual inestabilidad institucional del Lyon.

Dirigido por Jean-Michel Aulas durante 36 años seguidos -uno de los reinados más longevos entre los grandes campeonatos europeos-, el veterano directivo pasó el relevo hace unos meses al inversor estadounidense John Textor, quien había comprado el club al propio Aulas en 2022.

Durante un año, Textor había dejado al histórico y carismático presidente al mando, hasta que en junio de 2023 rompieron de malas maneras.

Aulas denunció al estadounidense ante la Justicia por un supuesto incumplimiento del acuerdo de venta por parte de Textor. La Justicia decidió congelar, en pleno mercado de fichajes, 14,5 millones de euros en las cuentas del Lyon tras la denuncia, debilitando la capacidad de contratación de la entidad.

Partiendo de esas precarias bases, Laurent Blanc, exseleccionador francés y antiguo técnico del PSG y del Burdeos, vio a algunas de sus más prominentes figuras marcharse para cuadrar las cuentas, como sucedió con el delantero Bradley Barcola (21 años), que dejó en las arcas 42 millones de euros, desembolsados por el club parisino.

Con el internacional francés Malo Gusto, otro «enfant» de la cantera, el Lyon no tuvo argumentos económicos para prolongar su cesión y volvió al Chelsea inglés.

Mientras, los veteranos Alexandre Lacazette y Corentin Tolisso, quienes hicieron carrera en Arsenal y Bayern de Múnich, respectivamente, no daban la talla en su regreso a casa.

Blanc, con una plantilla menos reforzada que el Marsella, el Mónaco y el PSG, cedió el bastón en septiembre de manera interina a Jean-François Vulliez, su antiguo auxiliar, hasta la llegada de Grosso ese mismo mes.

El que fuera lateral campeón del mundo de 2006 ha sufrido varios contratiempos desde que entrase en materia hace un poco de más de dos meses, el más grave las heridas producidas por el apedreamiento del autocar que le transportaba al Vélodrome de Marsella, el pasado 30 de octubre

Un día después, su rostro ensangrentado fue la impresionante primera pagina de L’Équipe. EFE