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Armand Duplantis impone nueva marca de salto con garrocha

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El campeón olímpico Armand Duplantis, que este sábado batió de nuevo su récord del mundo del salto con garrocha al superar los 6,22 metros en Clermont-Ferrand, tiene una historia de éxito con pilares sólidos, establecidos desde su más tierna infancia en un entorno familiar sano y competitivo.

Las primeras miradas tras un éxito o una decepción suelen ser para ellos. En plena competición, es habitual ver al joven garrochista buscando el apoyo a distancia de sus padres, Greg y Helena, que son también sus entrenadores. En Clermont-Ferrand solo estaba presente Helena y Greg seguía la prueba a distancia.

Greg, estadounidense de grandes brazos, tuvo una carrera destacable en esta disciplina (mejor marca personal de 5,80 metros) y supervisa la técnica, mientras que Helena, sueca y exheptatleta, se encarga sobre todo de la preparación física de su hijo.

Padres y entrenadores, una doble faceta que no tiene nada de excepcional por los numerosos casos similares en el atletismo. Pero los Duplantis han conseguido una maquinaria que funciona a la perfección, desde el jardín familiar en Lafayette (Luisiana), donde ‘Mondo’ aprendió el arte de la pértiga.

«Cuando tienen que vestirse con los hábitos de entrenadores, lo hacen. Pero cuando se trata de ver una película en familia, tienen una relación normal de padres e hijos, muy equilibrada, dinámica», explica a la AFP Brennan Robideaux, director de un documental sobre Duplantis, ‘Born To Fly’ (Nacido para volar).

«Nunca han sido directivos. Dejan a sus hijos encontrar qué es mejor para ellos, son excelentes en eso», apunta este hombre, que sigue los pasos de Armand Duplantis desde que tenía 17 años.

– «Hiperactivo» –
Greg y Helena han sabido modelar en superestrella del atletismo a un chico enérgico e hiperactivo, que nació el 10 de noviembre de 1999 en Lafayette y que metía sus pequeños juguetes en el reproductor de vídeo del salón de su casa.

«En los viejos vídeos suyos, se le ve al fondo, sin parar, llorando todo el tiempo. Era muy emocional. Vivía su vida al 200%. Si estaba triste, lo mostraba inmediatamente con lágrimas. Si estaba feliz, saltaba por todas partes. Un auténtico personaje de dibujos animados», cuenta Robideaux sobre las imágenes del Armand niño.

«Hoy todavía es hiperactivo, pero ha aprendido a controlarse», señala.

– «Competidor feroz» –
Una manera como cualquier otra de canalizar esa energía fue la pértiga en el jardín, donde pronto competía contra sus hermanos mayores, Andreas y Antoine.

«Mondo no sería hoy tan bueno si no hubiera tenido esos dos hermanos mayores para presionarle, sin duda. Ya de niño era un competidor feroz», cuenta el director.

Andreas representó a Suecia en el Mundial júnior en 2009, antes de dejar de competir a un alto nivel. Antoine es ahora jugador de béisbol, reconocido en los New York Mets, tras haber sido uno de los mejores universitarios. La hermana pequeña, Johanna, a la que Armand está muy unido, practica también el deporte familiar favorito, pero Armand se convirtió pronto en el hermano más talentoso para el salto con garrocha.

«A los 12 años, se divertía en su jardín imitando a los diferentes saltadores y sus estilos. Desde muy pequeño sentía perfectamente su cuerpo con la pértiga», indica a la AFP Damien Inocencio, exentrenador del pertiguista francés Renaud Lavillenie y amigo de la familia Duplantis desde hace tiempo.

En ese entorno sano y deportivo, Armand Duplantis desarrolló los primeros años de su formación y fue batiendo casi todos los récords mundiales oficiosos en las categorías de los más jóvenes.

Con 17 años, saltó 5,90 metros en los Texas Relays, en abril de 2017 en Austin, y se convirtió ya en una revelación para muchos.

Con su mechón rebelde, su cara de niño bueno y un pendiente dorado en una oreja, parece recién salido de una película de ‘teenagers’, un género que le gusta especialmente.

Durante su paso por la Universidad de Luisiana, en agosto de 2018, se convirtió en campeón de Europa en categoría absoluta tras un concurso memorable, saltando 6,05 metros en Berlín.

En 2019 fue subcampeón del mundo en Doha (5,97 metros).

Duplantis batió luego dos veces el récord del mundo (6,17 y 6,18 m) en febrero de 2020 y se convirtió en campeón olímpico en agosto de 2021, un momento inolvidable que como no podía ser de otra manera compartió con sus padres y entrenadores, los artesanos de sus grandes éxitos.

En 2022 batió el récord del mundo en tres ocasiones, la última de ellas en el Mundial de Eugene (Estados Unidos). Este sábado elevó todavía más su techo y su potencial hace pensar en que seguirá haciéndolo en el futuro. (AFP)

 

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