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De Todo Un Poco

Un libro ilustrado homenajea a La Sagi, la primera mujer directiva del Barça

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El libro ilustrado «La Sagi: més alt, més lluny, més fort», editado por Memorial Democràtic, homenajea a Anna Maria Martínez-Sagi, «La Sagi», primera mujer directiva del Fútbol Club Barcelona que, además de sus éxitos deportivos, trabajó como periodista antes de exiliarse a Francia huyendo del franquismo.

El libro, que está dirigido a un público infantil y familiar, surge de la vocación de la periodista Gemma Busquets por recuperar la memoria de las mujeres que han desafiado los límites de su época, y ha sido posible gracias a la colaboración del ilustrador August Tharrats y el escritor Genís Sinca, que han dado forma al trabajo periodístico de Busquets sobre la figura de La Sagi.

Busquets, en una entrevista para Efe, describe a La Sagi como una pionera que salía de los márgenes de la idea de la mujer independiente de la época, habitualmente relacionada únicamente con una faceta ilustrada: La Sagi fue periodista, deportista de élite, poeta, enamorada de otra mujer y «luchadora» en su exilio durante 40 años.

ANTE TODO, MUJER

«Es normal que las chicas hagan deporte. Es normal que una chica quiera a otra chica, y que lo diga. Es normal que una chica juegue en el Barça de fútbol. Es normal –solo faltaría– que las mujeres puedan votar en elecciones. Es normal que hagan de periodistas, que sean poetas y profesoras, que escriban y pinten… Pero no hace muchos años, había gente que creía que todas estas cosas no eran normales».

Así comienza el texto del director de Memorial Democràtic, Vicenç Villatoro, que abre el libro de La Sagi.

Anna Maria Martínez-Sagi nació en 1907 en la ciudad de Barcelona, se curtió en diversos deportes como la natación, el esquí, el remo, el tenis y el lanzamiento de jabalina; en 1928, incluso fue promotora del Club Femenino y de Deportes.

Para La Sagi, explica Busquets, el deporte no solo era una actividad individual, sino que, implicándose en iniciativas como el club femenino o a través de los artículos de opinión que escribía en los diarios, pretendía explicar a las mujeres que el deporte no solo servía para adelgazar, y defendía hacer deporte para trabajar otros aspectos, como la agilidad o la fuerza.

Busquets remarca las reivindicaciones feministas de La Sagi: reclamaba una imagen de mujer mucho más «útil» e independiente que los roles que se asignaban a ellas en los años treinta del siglo pasado.

En 1934, La Sagi formó parte de una candidatura unitaria para la dirección del Fútbol Club Barcelona, y se convirtió así en la primera mujer directiva del club, hasta 1936, cuando dejó el cargo por desavenencias con varios compañeros y socios.

GUERRA Y EXILIO

La Sagi, además de sus actividades deportivas, desarrolló su carrera profesional como periodista en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Barcelona y colaborando con diversas cabeceras de la ciudad condal, e incluso ejerció como corresponsal de guerra para el diario colombiano «El Tiempo» durante la Guerra Civil.

Con la victoria de los franquistas, La Sagi se exilió a Francia, donde se incorporó a la resistencia para luchar contra los nazis y, acabada la Segunda Guerra Mundial, se ganó la vida en París como podía con diversos trabajos: traductora, profesora de castellano, pintora o tejedora de fulares, entre otros.

En 1950, Anna Maria Martínez-Sagi se casó con un ingeniero y tuvieron una hija, Patrícia, pero poco después el marido murió desactivando una mina; desafortunadamente, Patrícia también falleció, de meningitis, a la edad de ocho años.

Ya sola, La Sagi probó suerte en Estados Unidos, dando clases de castellano en la Universidad de Illinois y, por fin, en 1975, en los últimos compases del franquismo, pudo volver a Cataluña; murió en el año 2000, en la residencia de mayores donde vivió sus últimos años, en Sant Francesc de Santpedor (Barcelona).

FUERA DE LOS ESQUEMAS

Gemma Busquets matiza que se tiende a idealizar la figura de la mujer ilustrada de los años 1930: la mayoría de las mujeres, recuerda la periodista, no tenían la capacidad económica para dedicar su tiempo a la cultura o el deporte, porque muchas de ellas trabajaban en fábricas o en el campo.

El grupo de mujeres como La Sagi, dice Busquets, es muy reducido, y es que el resto apenas tenían tiempo fuera del trabajo; una pequeña élite se podía permitir dedicarse a otros aspectos de la vida, y no es casual, remarca la periodista, que La Sagi fuese hija de una familia propietaria de industrias textiles.

Con todo, Busquets piensa que Anna María Martínez-Sagi rompió con lo que su entorno esperaba de ella como, por ejemplo, cuando tuvo problemas familiares por iniciar un romance con una mujer: «Incluso hoy en día, La Sagi es un modelo de empoderamiento y de libertad de elección de las mujeres», concluye Gemma Busquets: «Era una pionera que salió de los márgenes de su época». EFE

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