Rafael Villeda: «Se dicen fácil 110 años, pero nada sencillo construir el éxito del Olimpia»

Olimpia es la institución deportiva más exitosa en Honduras. Sus inicios fueron en el béisbol y el baloncesto, pero desde 1926 el fútbol ha sido el deporte insigne de esta institución y no solo a nivel local porque hay que destacar el internacional en donde siempre ha sabido representarlo con éxito rotundo, ganando la Concacaf en dos ocasiones (1972 y 1988), además en 1959 logró el primer título de Centroamérica y México para Honduras.

El hoy del Olimpia nos presenta a un equipo poderoso, con grandes recursos financieros y deportivos, bien administrado por el empresario de las comunicaciones, Rafael Enrique Villeda Ferrari, quien heredó de su tío José Rafael Ferrari, el presidente más campeón del club, un legado importante de éxitos y títulos deportivos.

Villeda Ferrari, en plática con Cinco Deportivo se muestra feliz por lo que representa ser el presidente del club al arribar a los 110 años de vida: «Es un aniversario muy importante para nuestra institución 110 años. Hace algunos días recordaba la celebración del centenario (2012) y la verdad que es increíble cómo pasa el tiempo».

El aún joven dirigente cree que la grandeza de Olimpia no se ha escrito sola, sino que bien planificada para tener ese gran nombre en la cima del fútbol nacional: «Definitivamente no es fácil. Ser un equipo centenario es una muestra de la tradición, de lo que significa una institución importante, que afortunadamente ha tenido la oportunidad de mantenerse vigente, logrando tantos éxitos nacionales como internacionales. Eso es parte de lo que significa el Olimpia, una mística, lo que todo mundo desea, verlo siempre celebrando títulos, eso nos hace exigentes y por ende tratamos de mantenernos vigentes».

SU PASIÓN, EL OLIMPIA
A pesar de que su padre, el también empresario de medios, Manuel Villeda Toledo, había sido nombrado dirigente honorario del Motagua en los años setentas, siempre estuvo claro su amor al Olimpia, la influencia de su tío Rafael y el parentesco con leyendas del club como Felipe «Pipe» Barahona y el doctor Carlos Rivera «Cayuyo» Williams, también lo hacen cruzar el camino correcto: «Desde pequeño me gustó el fútbol y cuando tenía 8 o 9 años, el señor Ferrari me llevó por primera vez al estadio en compañía de don Lisandro Flores Guillén. Después fui más seguido al estadio Nacional cuando jugaba el equipo. Mi tío hizo más fuerte ese sentimiento por el Olimpia. Al inicio no fueron años de muchos títulos, pero pude disfrutar del título del 77 ante el Real España. En esos años íbamos al sector de silla, eran aquellas sillas plegables de aluminio, que inclusive cuando se enojaban los aficionados las agarraban y las tiraban, pero en 1978, cuando se remodeló el estadio, comenzamos a ir al palco», recordó.

Si duda de que esos primeros años no solo el equipo gustaba, sino que tenía admiración por las estrellas del momento del club: «Me acuerdo muy bien del Tecate Norales, que era el máximo goleador del equipo. En el 77 estaban el uruguayo Walter Chávez, los hermanos Roger y Jhony Chavarría, Óscar García, Belarmino Rivera. Después aparecieron Daniel Zapata, Juan Carlos y Nahúm Espinoza, son jugadores que disfruté mucho. En 1987 estuve acompañando a mi tío y don Lisandro viendo aquel título navideño en San Pedro Sula», añadió.

Ya como directivo también se siente contento de recordar futbolistas que marcaron una época en el club: «Wilmer Velásquez, Alex Pineda Chacón, Danilo Tosello, a quienes ya disfruté verlos de una manera diferente en el equipo. Eso fue algo que siempre se me ha quedado en la cabeza, un consejo del señor Ferrari, que cuando uno ya forma parte de la directiva tiene que ver las cosas de manera diferente, si se toman las decisiones como aficionados las cosas salen mal», aclaró.

Olimpia es un equipo ganador por excelencia y por ende hay momentos inolvidables en la vida del empresario de la TV: «Uno de los momentos que más me emocionó fue en el Coliseo de Los Ángeles, cuando le ganamos 4-0 al Pachuca y logramos clasificar al Mundial de Clubes. En el mismo torneo le vencimos al Toluca, pero ese partido lo vi aquí en las oficinas de Televicentro con el señor Ferrari y don Lisandro, esa misma noche dije… me voy a Los Ángeles para el siguiente partido, era el más importante en la historia del Olimpia», recordó emocionado.

Además hubo algunos momentos amargos en su vida como aficionado y dirigente que no olvida: «me afectó mucho el día que nos notificaron que se cancelaba el Mundial de Clubes, fue un momento terrible, habíamos viajado con el señor Ferrari y Osman Madrid al sorteo en La Coruña. A nivel de partidos fue la final que perdimos contra Motagua en el 2006, porque estaba con mis hijos mayores, los recuerdo llorando, yo ya había perdido otras finales, pero me impactó verlos llorar a ellos», dijo.

SUS RETOS EN EL OLIMPIA
Su nueva tarea de comandar al equipo más grande Honduras y unos de los referentes de la región centroamericana no es nada fácil, suplir a un quijote del fútbol hondureño como Rafael Ferrari: «Es una responsabilidad enorme, un compromiso tremendo, es increíble el nivel de exigencia de nuestra afición. Recuerdo que al terminar este último partido contra Motagua la cantidad de mensajes que recibí, rapidito se habían olvidado del tetracampeonato. Obviamente el reclamo por no haber logrado el penta, que fue un fracaso… que me había quedado grande la camisa… de todo tipo de comentarios recibí», reconoció.

Finalmente se refirió al futuro cercano y las exigencias que son permanentes en el club más grande del país: «Definitivamente tenemos tareas pendientes de un título internacional que desgraciadamente la vez anterior llegamos hasta semifinales. Si no hubiera sido por el Covid-19 creo que hubiéramos tenido la oportunidad de jugar a visita recíproca, seguro habríamos tenido mayores posibilidades. El título internacional es algo que está pendiente y que me gustaría que el equipo pudiera lograr, pero lógicamente no olvidamos lo del estadio del club, pero es algo a largo plazo», concluyó. (GG)