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Denovan Torres, portero con más penales salvados en la historia de la Liga Concacaf

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Denovan Galileo Torres es el guardameta con más remates de tiro penal salvados en la historia de la Liga Concacaf Scotiabank (6) y el número uno del CD Marathon se alista para seguir haciendo historia cuando su equipo enfrente al FC Motagua en la serie de cuartos de final empezando el jueves.

Pero Torres no solo ha salvado remates de penal decisivos en la Liga Concacaf, también lo ha hecho en la Liga Nacional donde en el 19 de mayo 2018, en la final contra el FC Motagua detuvo dos tiros de penal para ayudar a su equipo a ganar el noveno y último título en la historia del club.

Con siete partidos jugados en la Liga Concacaf, Torres ya acumula 17 salvadas 12 de ellas, en la edición 2021 y quizás, lo más notable de esas salvadas es que fueron en definición de tiros de penal. En los octavos de final en 2020 realizó dos contra Antigua de Guatemala y la más reciente de sus heroicas actuaciones fue contra el Real Estelí de Nicaragua donde salvó cuatro remates que le dieron el pase al Marathon a los cuartos de final.

Sus ídolos de niño, Noel Valladares y Víctor Coello

Cuando Denovan era niño, aunque no le gustaba mucho esa posición y prefería jugar de volante de contención o delantero, pero por cumplir el deseo de su padre, Ramón Galileo, se colocaba debajo de la portería. Así comenzó a tomarle cariño y a observar el juego de Noel Valladares o de Víctor Coello. (actual integrante del cuerpo técnico del CD Marathon)

Denovan nació en Victoria, en del departamento de Yoro, Honduras. Una localidad con unos 30 mil habitantes, en donde creció entre los cultivos de maíz y frijol, que eran cosechados por la familia. En esa ciudad el fútbol es una de las pasiones de sus habitantes, como su padre, quien fue el responsable de llevarlo a practicar el deporte, hasta que encontró el éxito.

Ramón junto a su hermano, Bayardo Torres, exdefensa y entrenador tenían claro que Denovan había nacido para ser portero, no solo confiaban en sus capacidades técnicas, sino también por su altura de 1.85 metros.

“Me hice portero por mi papá, él siempre me motivo a que jugara fútbol mejor si era esa posición y lo combinaba con los estudios, porque mi mamá (Nencys) era maestra y me decía: ‘Sino estudia, no juega’”, recuerda el guardameta del Marathón.

A los 15 años le llegó la oportunidad de jugar con Victoria, que en ese momento era dirigido por Bayardo Torres, en Segunda División y luego ascendió a Primera. Su fútbol hizo que llamara la atención de las divisiones menores de la Selección Nacional, por lo que fue convocado para el proceso de la Sub-17.

Cuando estaba con la Selección se le acercó gente de Marathón para pedirle que cuando terminara ahí se acercara al club para que se integrara al equipo. Fue así como en el 2006 firmó con el plantel de la Segunda División.

Una dura prueba

Después de cuatro años en esa categoría firmó con el equipo de la Primera División que era dirigido por José de la Paz Herrera ‘Chelato Uclés’ (q.e.p.d.), pero era el cuarto portero, así que jugar sería muy complicado pero decidió tomar el reto.

Pasaron cuatro años para que debutara. Fue en el 2014, con la llegada del entrenador Héctor Ramón Castellón y coincidentemente lo hizo frente a Victoria. El duelo terminó 1-1 y recuerda que fue muy emocionante, pues después de mucho tiempo llegó el esperado debut.

En los octavos de final de la Liga Concacaf 2020 salvó dos remates de penal contra Antigua de Guatemala.

“Fue muy dura esa época, porque miraba como se iban los otros porteros y pensaba, ahora será mi oportunidad, pero no era así, seguía en la banca. En esa época en una ocasión tomé la decisión de irme porque quería jugar, pero me fueron a buscar del equipo para volver y seguí a la espera”, relata Denovan, quien confiesa que el día del debut sintió nervios, pero luego entró en confianza.

Desde el 2014 ha sido uno de los jugadores determinantes en el club, aunque como él dice, ha pasado por buenos y malos momentos. Algunas veces desde la banca y otras en el campo, pero siempre confiado y entregado al club.

La ruleta de los tiros de penal

Los tiros de penal ya forman parte de la vida de Denovan. Él sonríe y dice que siempre hay un poco de nervios, pero que todas las semanas los practica y analiza al rival por si tienen que llegar a esa definición. “En los penales el que tiene la presión es el que va a patear”, dice seguro.

De esas series que se han definido por la pena máxima tiene dos que recuerda muy bien. Como la final en mayo del 2018 cuando definieron el título frente al Motagua. Un trofeo que anhelaban mucho pues había pasado nueve años sin coronarse.

En esa final atajó dos penaltis a Marcelo Pereira y Reinieri Mayorquín (ahora jugador del Marathon). “Fue impresionante por todo lo que representaba. Logré detener dos remates y fue clave para ganar ese título con el que soñábamos”, recuerda con emoción.

Su personalidad, carácter lo han convertido en uno de los guardametas favoritos de la afición hondureña.

Otro de los momentos inolvidables fue la final de la Súper Copa (Campeón de Liga y Campeón de la Copa) , cuando también en tiros de penal se definió el título contra el Platense FC y quedó en manos de Marathón con un triunfo 4-2. “Ahí paré tres penales”, recuerda emocionado.

Denovan confiesa que dos días antes de cada partido trabaja con los guantes que utilizará para el duelo que se aproxime. Que no es cabalero y que todo se basa en trabajo. “Si uno no se ayuda tampoco Dios te va a ayudar”, asegura el guardameta de 32 años.

El pase a los cuartos de final de la Liga Concacaf Scotiabank 2021 frente al Real Estelí también se definió desde el punto penal y ahora se medirá al Motagua, rival con el que perdieron el fin de semana anterior en partido correspondiente a la liga local.

“Ante el Real Estelí existía la confianza que conseguiríamos la clasificación aunque por momentos entraba la duda porque no terminaban los penaltis”, explica el portero, quien dice que ahora están enfocados en el juego de ida de los cuartos de final.

“Lo más importante de este partido será conseguir un resultado que nos ayude a llegar bien a Tegucigalpa, en donde se definirá la clasificación a semifinales. Debemos sacar una buena ventaja”, asegura.

El guardameta de Marathón descansa en su casa de San Pedro, mientras piensa en su hija Liah y en su familia que se ha convertido en su mayor fortaleza. Para recuperarse después de cada partido le gusta ver documentales o cocinar lasaña o pescado. “Algo que sea fácil de preparar”, dice sonriendo, aunque siempre cuenta con la ayuda de su hermana Flor de María.

Así es Denovan, el hombre que se ha convertido en la seguridad de Marathón y que se prepara para alcanzar las semifinales de la Liga Concacaf Scotiabank 2021, pero antes deberá vencer a Motagua, un rival que lo conoce muy bien. (Tomado de Concacaf.com )

 

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