Covid-19, dopaje, seguridad… Los problemas que afronta el Tour de France 2021

Covid-19, contaminación, dopaje, riesgos de seguridad… El Tour de Francia afronta problemas recurrentes, propios de su naturaleza ambulante, su popularidad y los desplazamientos que provoca.

. Covid-19:
«Nos hemos basado en el protocolo del año pasado, es decir, un sistema de burbujas, sobre todo para la carrera», explica Pierre-Yves Thouault, la mano derecha del director del Tour, Christian Prudhomme. Test PCR obligatorios para los participantes, espacios de los equipos cerrados, ceremonia protocolaria sin abrazos, público a distancia… Las reglas cambian poco con respecto al año pasado.

Incluso llevar mascarilla sigue siendo obligatorio en los recintos del Tour, «de acuerdo con las autoridades competentes» según el responsable de la seguridad. Y al público se le recomienda portarla en las etapas. El «pasaporte sanitario» también se pedirá en zonas específicas próximas a la salida y llegada de las etapas.

Un cambio notable en comparación con el año pasado es que la eventual expulsión de un equipo tendrá lugar cuando haya dos casos de covid-19 entre los corredores del mismo equipo y ya no simplemente cuando afecte a dos personas, incluidos los corredores y el personal. De este modo, el Tour se alinea con las reglas de la UCI (Unión Ciclista Internacional), menos estrictas.

. Contaminación:
El Tour-2021 pasa por 89 zonas protegidas denominadas Natura 2000, con un estudio de incidencia necesario. En especial, la ‘Grande Boucle’ llega al Mont Ventoux, un lugar que simboliza la fragilidad del medioambiente con el paso de los años.

«En 2009, hubo mucho viento y lo que hicimos con las bolsas de plástico fue claramente un fracaso», lamenta Prudhomme. «La siguiente vez fue muy diferente, con muchos contenedores, brigadas para alertar a los espectadores, y eso salió bien. Hemos aprendido de nuestros errores».

En el caso del Ventoux, el Tour participa en un programa de reforestación. «El calentamiento global significa que tenemos que replantar más arriba», explica el director del Tour. «Vamos a participar con otros en esta operación, como hacemos en Ariège, cerca de Montségur (sur de Francia), y en Bretaña. Queremos ayudar ahí donde el Tour pasa regularmente y el Ventoux es emblemático».

. Dopaje:
«La pandemia ha provocado que haya menos controles, es evidente que ha funcionado a cámara lenta, como cualquier otra actividad», apunta Prudhomme. «Es absolutamente necesario recuperar el volumen y pertinencia de los controles tal y como existía antes de la pandemia».

En el Tour, los controles están a cargo de la UCI en asociación con la Agencia Nacional Francesa (AFLD). «Hoy la UCI trabaja con la ITA (Agencia Internacional de Controles) presidida por Valérie Fourneyron, un organismo independiente que efectúa los controles con toda independencia del poder», resalta Christian Prudhomme.

A principios de junio, la UCI aseguró que «los controles fuera de la competición volvieron a niveles normales». «El nivel de las extracciones fuera de la competición en el primer trimestre de este año (1.809) es ligeramente superior al de 2019 (1.715) en el mismo periodo», aseguró la federación internacional presidida por David Lappartient.

. Seguridad:
El dispositivo de seguridad de los años anteriores, reforzado desde los atentados en el país entre 2015 y 2016, se ha renovado con, especialmente, la presencia del GIGN, el cuerpo de élite de la Gendarmería Nacional francesa. «Son de 23.000 a 24.000 policías y gendarmes movilizados en el conjunto del Tour», resume Pierre-Yves Thouault.

Pero este año hay un problema extra que resolver: el domingo tiene lugar la segunda vuelta de las elecciones regionales y departamentales y la segunda etapa del Tour entre Perros-Guirec et Mûr-de-Bretagne (oeste de Francia) y se han detectado 47 puntos a lo largo del trazado de la etapa, en los que se permitirá el tránsito de los ciudadanos para acudir a sus puntos de votación. (AFP)