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De Todo Un Poco

Santiago Bernabéu vive una auténtica fiesta de fútbol y color

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El Santiago Bernabéu, con un campo prácticamente lleno, lució sus mejores galas para una inmensa fiesta futbolística por la final de la Copa Libertadores que unió a dos aficiones, las de Boca Juniors y River Plate, que aportaron muchísimo colorido en todos los rincones del estadio.

Tres horas antes del inicio del partido cientos de aficionados se agolpaban ya en las puertas del estadio para ser los primeros en entrar y tomar sus asientos en un Santiago Bernabéu blindado por la seguridad y con un aroma a fiesta como hace tiempo no se recordaba en el coliseo blanco.

Dos aficiones muy entusiastas, las de Boca Juniors y River Plate, aportaron música, color y ambiente a la fiesta futbolística que comenzó días antes con la llegada paulatina de los hinchas procedentes de Argentina.

Con un sistema de seguridad sin precedentes, con miles de policías en las calles de Madrid y también dentro del estadio, la previa del choque se desarrolló sin incidentes a reseñar y el respeto mutuo entre aficiones fue la nota dominante de la jornada festiva.

La afición de Boca Juniors, con su habitual colorido azul y amarillo, se situó en el fondo sur, mientras que la de River, de rojo y blanco, lo hizo en el norte.

Desde la entrada al estadio ambas hinchadas no pararon de animar con unos cánticos que, a medida que se acercó el pitido inicial, se fueron haciendo cada vez más sonoros con sus bufandas al viento y globos al aire.

La música que sonó por megafonía, con canciones pegadizas de ritmos latinos como reguetón y cumbias y artistas como Shakira, Los Rodríguez, Fabulosos Cadillacs o Enrique Iglesias, animó aún más un ambiente que se terminó de caldear a cincuenta minutos del inicio del choque con la salida al césped para realizar el calentamiento de River Plate.

Diez minutos después lo hizo Boca Juniors, que también recibió un sonoro aplauso de sus aficionados y fue el primero en realizar ejercicios con balón sobre el césped.

El aroma de partido grande también se vivió en las tribunas de prensa, con cientos de medios de comunicación acreditados, las cabinas de radio llenas y los puestos de televisión sin casi sitio.

El vídeo-marcador también contribuyó al buen ambiente con imágenes de las anteriores Copas Libertadores conquistadas por ambos contendientes con música de metales.

El momento álgido de la fiesta llegó siete minutos antes del inicio del partido con la salida al césped de ambos equipos ya preparados para competir. Leonardo Ponzio, capitán de River, y Pablo Pérez, de Boca, fueron los primeros en aparecer por la bocana de vestuarios por delante de sus compañeros.

Desde la megafonía la salida de Boca y River se anunció como el encuentro que «marcará la historia del fútbol sudamericano». En las gradas, con todo el público puesto en pie, sonó el himno de Argentina.

La Copa Libertadores presidió la salida de ambos equipos desde un atril que la Conmebol dispuso en la puerta de vestuarios. Ninguno de los dos equipos la quiso tocar antes de tiempo. Por delante, un partido para conquistarla. EFE

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