Ivanisevic: Aquella final de Wimbledon fue como un partido de fútbol

Los libros de récords recuerdan que el croata Goran Ivanisevic, es el único jugador que se proclamó campeón de Wimbledon siendo invitado especial de la organización.

Lo hizo en 2001, con 29 años al derrotar al australiano Patrick Rafter en aquella final. En su carrera acumuló 22 títulos y llegó a ser número dos del mundo en 1994. Este US Open ha acompañado al canadiense Milos Raonic como entrenador, y este fin de semana participa en la Senior Masters Cup de Marbella.

En conversación con EFE, Ivanisevic señala que todavía se acuerda de aquel Wimbledon, «fue como un partido de fútbol», dice, y de todos sus momentos especiales. Comenta que ser entrenador, significa ser amigo, psicólogo y técnico del jugador al mismo tiempo. Y admite que si alguien le hubiera dicho hace años que un futbolista iba a cambiar la competición más antigua por equipos del mundo (la Copa Davis), no se lo hubiera creído.

¿Cómo es su vida ahora?

Mi vida está muy bien, entreno a Milos Raonic, y juego también un poquito. Creo que llevo una vida perfecta. Y sigo en este deporte, que es algo que me ha ilusionado durante mucho, mucho tiempo.

¿Para ser entrenador de Raonic hay que ser su amigo?

Hay que hacer un poco de todo, porque si eres entrenador a veces el jugador te mataría por lo que le dices. Hay que ser entrenador, psicólogo, todo un poco, es un paquete en el que no puedes separar nada.

¿Qué recuerdos tiene de aquel Wimbledon que usted ganó en 2001, después de haber perdido las finales de 1992, 1994 y 1998?

Tengo un recuerdo especial de cada día de aquel torneo. Primero cuando recibí la plaza de invitado especial, luego la atmósfera de las semifinales, de la final, aquellas cuatro bolas de partido, levantando el trofeo luego, y más y más cosas que sucedieron y que todavía tengo en mi mente.

¿Ha vivido usted alguna situación tan especial en su carrera?

Nada será comparable con aquellos momentos, entre otras cosas, porque ahora hay techo rectráctil (en Wimbledon) y se puede acabar el domingo pase lo que pase. Pero recuerdo aquella final como un partido de fútbol. Y aquella fue la mejor atmósfera que puedo recordar.

¿Cree usted que se le escapó algún título más del Grand Slam?

Desde luego que me hubiera gustado ganar alguno más, pero compartí generación con una gran pléyade de jugadores como Sampras, Courier, Becker, Edberg y otros jóvenes que llegaron luego, y no era una tarea fácil. Si pudiera volver atrás cambiaría algunas cosas, pero podría haber sido mejor o peor, nunca se sabe.

¿Qué hubiera sido de usted sin su saque, uno de los mejores de la historia de este deporte?

Cada jugador tiene algo que siempre le puedes quitar. En mi caso, no sé lo que hubiera pasado. Tendría que haber hecho algo, mejorar algo más en mi juego.

¿Desde su punto de vista, ¿qué generación ha sido la mejor?

He tenido la oportunidad de jugar contra todos, con Lendl, Wilander, Bjorn en mi generación. Y luego contra Nadal y Federer. Es difícil comparar. Cada generación es única y tiene grandes jugadores Probablemente Federer es el mejor de todos, Rafa y Djokovic si regresa, forman parte de la mejor generación nunca vista. Cualquiera de ellos puede ganar cualquier Grand Slam.

Ahora están emergiendo jugadores como Kyrgios, Dominic Thiem, Borna Coric, Kachanov, Rublev o Medvedev. Todavía es difícil que alguno de ellos gane un grande, pero creo que en el futuro lo harán.

¿Qué opina del nuevo formato de Copa Davis?

Para ser sincero, por una parte, está bien y por otra, no tanto. Por una parte, la Federación Internacional ingresará más dinero para el desarrollo del tenis en otros países, pero por otra parte se mata aquella atmósfera que teníamos antes cuando el equipo jugaba en casa. Pero en el deporte todo gira alrededor del dinero.

En principio parece una buena idea, pero tenemos que ver. No obstante, si alguien me hubiera dicho que un futbolista iba a cambiar la competición más antigua del mundo diría, no me lo creo. EFE.