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De Todo Un Poco

Fútbol, amor por la camiseta y sacrificio en los pies de Florencia Vicente

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El fútbol es el deporte más popular de Uruguay por sus triunfos, la pasión que despierta y los jugadores que se exportan, sin embargo, la modalidad femenina en el país austral es amateur y demanda a las deportistas sacrificio y amor por la camiseta, como es el caso Florencia Vicente, capitana de Peñarol.

Vicente comenzó en este deporte en su ciudad natal, Maldonado (sureste), cuando era la única chica que jugaba en el equipo local Deportivo Maldonado y buscaba hacerse un lugar para poder disfrutar del fútbol.

Ahora, con 26 años y luego de pasar por varios equipos de Uruguay, se enorgullece de su puesto de capitana en el club «de sus amores» y uno de los principales del país, el Peñarol, dónde juega desde hace tres años.

«Se siente una responsabilidad muy grande porque fue decisión de mis compañeras que yo las represente, pero también porque es una institución tan grande donde hubo tantos símbolos importantes como capitanes», dijo en una entrevista con Efe la futbolista.

Sin embargo, no es fácil jugar al fútbol para las mujeres uruguayas por todas las dificultades en infraestructura y apoyos económicos e institucionales por parte de los clubes.

Asimismo, Vicente, quien se desempeña profesionalmente como administrativa en una empresa, explicó que, al ser un deporte donde la mayoría de los clubes no dan ningún tipo de remuneración y los que lo hacen solo dan viáticos, las jugadoras deben tener otros trabajos o estudiar, lo que dificulta el poder equilibrar los tiempos para entrenar.

«Hay muchos equipos que carecen de muchas cosas, que solo tienen el nombre de la institución pero después es todo a pulmón de la gente que esta en el femenino, haciendo rifas o cantinas (…) es un fútbol amateur que está progresando de a poco, lento, pero creo que lo fundamental es el apoyo de los clubes, que se va dando a poquito y se van consiguiendo cosas», subrayó Vicente.

Para jugar, Vicente tuvo que hacer muchos sacrificios, ya que en su ciudad no había ningún equipo femenino y se tuvo que inscribir al del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (Inau). Las jugadoras oriundas del interior del país entrenaban en sus departamentos y se juntaban los fines de semana con las demás integrantes del equipo en Montevideo para competir.

A los 18 años, decidió instalarse en la capital uruguaya, ya que el entrenamiento era más exigente y tenía que abocarse de lleno a su equipo en aquel entonces, el Rampla Juniors.

Vicente, que pasó por varios clubes del fútbol uruguayo e incluso defendió a la selección uruguaya en las categorías juveniles, destacó que el apoyo de su familia fue fundamental para su carrera porque la respaldaron en todo momento para seguir su sueño.

Uno de los momentos más importantes de su trayectoria fue cuando su actual técnico la llamó por el proyecto del Peñarol, que buscaba impulsar el fútbol femenino y brindarle mayor apoyo e infraestructura para su desarrollo.

«La verdad me encantó la idea y más con los colores que me tiran mucho. No lo dudé y le dije ‘voy con vos’ y así fue que empezamos hace 3 años en Peñarol», narró.

La elección no fue equivocada, ya que el año pasado el equipo carbonero se consagró campeón uruguayo y logró clasificar por primera vez a la Copa Libertadores.

«El año pasado fue muy completo, siempre va a quedar en mi mente porque pudimos ganar el primer campeonato para la institución (…) Creo que fue mi mayor logro», agregó la capitana.

Para la zaguera del Peñarol, es necesario que el fútbol femenino siga creciendo y de a poco se vaya profesionalizando. El Mundial femenino Sub’17 que se jugará en Uruguay, según Vicente, ayudará a que mucha gente que desconoce la disciplina se interese y se acerque a ver los partidos.

Además, considera que impulsará a muchas mujeres que aman el fútbol -así como ella-, pero que aún no se animaron, a dar el primer paso y ponerse a entrenar.

Más allá de que Vicente y su plantel han logrado tener mucho apoyo del club, ahora tienen la expectativa de poder jugar al menos una vez en el estadio Campeón del Siglo del Peñarol, en un partido preliminar del equipo de primera masculino, para saber lo que se siente defender al equipo en casa junto a su gente, ya que suelen jugar en canchas alquiladas o dedicadas a las categorías de base.

Luego de cumplir algunos objetivos en el mundo del fútbol como defender la camiseta del club que ama y haber formado parte de juveniles de la selección uruguaya, la capitana del Peñarol no descarta que en algún momento pueda conseguir un pase al exterior y así hacer realidad el sueño de vivir de este deporte. EFE.

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