Neymar rescata el fútbol de barrio en torneo con equipos de más de 50 países

Neymar volvió a sus orígenes en un torneo organizado por el propio futbolista en Brasil que reunió a equipos de barrio de 53 países con la intención de recuperar el fútbol «de la calle».

La estrella del Barcelona se vistió de corto a escasos metros de la casa donde pasó parte de su infancia, sobre los campos del Instituto Neymar Jr, en la ciudad de Praia Grande (litoral de Sao Paulo, sudeste).

En compañía de Gabriel Jesús y Djibril Cissé, el crack brasileño disputó varios partidillos ante la ‘selección’ de Rumanía, que se proclamó hoy campeona del torneo tras pasar un sinfín de eliminatorias en su país y otras tantas en Brasil.

En su segunda edición, la iniciativa busca recuperar el fútbol de barrio y hermanar a equipos aficionados de todos los rincones del planeta, desde Nigeria hasta Filipinas pasando por Líbano, Chile o Kosovo.

«Es importante porque es un torneo de la calle como jugamos siempre todos los brasileños, jugamos en la calle y aquí es muy parecido», afirmó Neymar en declaraciones a periodistas.

En un ambiente festivo en donde las alegrías y las decepciones se cruzan en cuestión de minutos, el equipo De Rock FC, de Nigeria, analiza la derrota que acaban de sufrir ante Inglaterra en octavos.

Sus seis integrantes apenas pasan de los veinte años y crecieron juntos en el mismo barrio de Port Harcourt, uno de los principales exportadores de carbón y petróleo del sur de Nigeria.

Trabajan como pescadores, taxistas, bailarines urbanos o vendedores de ropa y sueñan algún día con firmar algún contrato que les convierta en jugadores profesionales o al menos ganar lo suficiente para poder invertir en mejorar sus estudios.

«Me gustaría tener la oportunidad de ganar una beca en el Reino Unido, en los Estados Unidos u otros países, o jugar al fútbol. Estoy buscando un lugar para jugar en Europa o en Brasil. Si recibiera una invitación para jugar al fútbol en Brasil, sería fantástico», asegura a Efe Francis Madu, quien lleva la voz cantante en el equipo nigeriano.

Explica que en su ciudad hay mucho talento escondido, además de estar alejada de los graves problemas producidos por el grupo terrorista nigeriano Boko Haram, concentrados más en el norte del país, comenta.

Su jugador favorito es Lionel Messi, «el mejor jugador de todos los tiempos», exclama.

Madu, junto a sus amigos Elisha, Otobong, Stowe, Félix Uche y Brown Levi, prometen dar batallar el año que viene y ganar por fin el certamen, cuyo vencedor viaja a España para conocer personalmente a Neymar y ver un partido del Barcelona en el Camp Nou.

Nacido en Brasil pero residente en Manila hace casi una década, Daniel Matsunaga es un modelo y actor de telenovelas en Filipinas que formó un equipo con unos colegas y consiguieron entrar en la fase final, aunque fueron eliminados en la ronda de grupos.

«Hemos perdido tres partidos, empatamos con Argentina y ganamos a Irlanda del Norte. Nos quedamos solo con cuatro puntos y fuimos eliminados.», comenta a Efe el que es el capitán del equipo Naxional, orgulloso de haber sido el único extranjero en haber ganado el programa «Gran Hermano» en su edición filipina.

Desde Santiago de Chile llega Martín Pizarro, eliminados por Dinamarca por culpa de un gol de cabeza, pero contento por formar parte del torneo.

«Es entretenido. Uno conoce distintas personas de distintas culturas», apunta a Efe, al tiempo que se lamenta de la final que perdió recientemente la selección absoluta chilena en la Copa Confederaciones frente Alemania.

Daniel Robledillo, de España, participó con «los amigos de toda la vida» y se va del torneo con la sensación de haber podido llegar más lejos tras también caer en la fase de grupos.

«Hemos pecado de novatos, es la primera vez que venimos a un evento tan importante. Nos han acabado remontando partidos que teníamos ganados», se lamenta.

Desde la grada, Daniel y el resto del equipo que capitanea vieron como los jugadores rumanos enloquecían cuando marcaron el gol de la victoria ante Inglaterra y levantaban un trofeo que celebraron como si de la final de un Mundial se tratase. EFE