David Gistau publica “Golpes Bajos”, novela sobre boxeo

El articulista y escritor David Gistau publica Golpes bajos, una novela en la que se mezclan el boxeo, las mafias y trapicheos de los bajos fondos, con la alta sociedad, y el mundo del espectáculo y la farándula. «Este no es un libro de boxeo, aunque aparecen su ambiente, sus gimnasios, sus boxeadores profesionales… en realidad es la historia de un montaje sentimental», dice el autor.
Un gimnasio de boxeo. Un entrenador de vuelta de casi todo. Una presentadora de televisión en horas bajas que busca volver a las portadas. Un gánster que controla todo y a todos. Bajos fondos. Altas esferas. Mundos que no se tocan salvo en el ring.
El protagonista de esta historia es Alfredo, el propietario de un modesto gimnasio de boxeo en una cochera del barrio del Lucero. Entre sus pupilos tiene a un púgil prometedor al que prepara para ser campeón. Un día, sufre un encuentro fortuito con el jefe de una organización criminal que lucha para hacerse con todo el territorio de Madrid. Piñata, que así se apoda, convencerá a Alfredo para que participe en un montaje sentimental con Magda López, una presentadora de televisión venida a menos que necesita publicidad. Junto a ella, Alfredo conocerá los salones de la alta sociedad mundana y los palacios aristocráticos, a toreros, a disolutos herederos de negocios millonarios y a ídolos del rock. Todos tienen algo en común: están en manos del gánster Piñata y, de una u otra forma, pueden ser destruidos por él.
Ambientada en Madrid, por la historia de Golpes bajos se mueven personajes que, pese a ser ficticios, están inspirados en gente conocida del mundo del espectáculo y la farándula. «Es una historia muy americana pero pasada por Madrid, que también es muy protagonista de la novela, y sobre todo por los contrastes sociales, el mundo en el que vive el boxeador y el mundo en el que vive la presentadora de televisión. He cogido el montaje sentimental que está en nuestro pequeño mundo, en las crónicas sociales, en el mundo del corazón, sin remitirme a ningún hecho real, para intentar hacer una parodia de todo eso», dice Gistau.
«La novela es una ficción. Nada de lo que sucede dentro es verdad, pero sí hay unos ambientes que a mí me han servido, de los años en los que he boxeado. Intento describir la M30 como una frontera casi fluvial alrededor de la cual hay un Madrid distinto, que estos boxeadores del Lucero no conocen, y dentro de ese mundo está la calle Serrano, que es el espinazo de la otra vida, donde vive la presentadora venida a menos. Me gusta mucho jugar con los contextos sociales. Mezclo para establecer un contraste entre personas, entre mundos, obligados todos a conocerse unos a otros por este montaje sentimental.»