El intachable número 14

Por: Jacobo Goldstein.
Hace pocos días se supo la triste noticia de la muerte de Johan Cruyff, a los 68 años de edad, víctima de cáncer pulmonar. Cruyff fue un gigante del fútbol, un ícono de Holanda y de todos los amantes a nivel global del fútbol soccer.
En la década de los 70’s, tres futbolistas fueron los mejores de Europa: Franz Beckenbauer, el ídolo de Alemania; Michel Platiní, el gran futbolista francés y Johan CRuyff, estrella del Ajax de Holanda y posteriormente astro del Barcelona FC. De los tres colosos del fútbol europeo, Cruyff es considerado el mejor en la cancha. Inclusive Cruyff en una encuesta, salió como el mejor futbolista en la historia de Europa y terminó en otro sondeo como el segundo mejor jugador del siglo XX, siendo superado únicamente por Pelé.
Traigo a colación mencionar este trío de gigantes del fútbol debido a que dos de ellos han salido salpicados recientemente por el escándalo que ha estallado en la FIFA y por ello están bajo investigación Platiní y Beckenbauer. Pero el que está totalmente limpio entre estos tres, es el intachable Johan Cruyff, que dio mucho al fútbol sin necesidad de embarrarse posteriormente en escándalo de la FIFA, que es lo que ha ocurrido con Platiní y Beckenbauer.
Cruyff fue un gran jugador y un gran director técnico, su historial futbolístico está lleno de trofeos ganados en las canchas, tanto en campeonatos de Liga en Holanda y en España por escuadras en la que él militó y también por equipos de los cuales él fue el Director Técnico. Lo único que le faltó a Johan fue ganar una Copa Mundo, pese a que en 1974 su equipo apodado la Naranja Mecánica era considerado superior al alemán, que capitaneaba Beckenbauer, que derrotó a Holanda en la gran final.
Qué pundonor es poder declamar que Cruyff no cayó en el jueguito de embarrarse con la FIFA. Con un nombre y el número 14 limpio y con una fama merecida y bien ganada, Johan parte al infinito con la frente en alto y con el cariño, admiración y respeto a su carrera y a su honradez.