EL MUNDIAL DE NILDO

LOS DIENTES…
La portada de todos los periódicos de Brasil trajeron ayer la foto del uruguayo Luis Suárez, tocándose los dientes y con el italiano Chellini a su lado caído en el suelo, mostrando la marca de la mordida en su hombro.
La mayoría de los comentarios piden una sanción dura para el jugador ya reincidente, que de aplicarse, dejaría a su país sin su concurso y lógicamente sin sus goles, al menos en el partido de octavos de final frente a Colombia que se juega el sábado próximo en Maracaná.
Hay que ver qué pasa. Si Uruguay llegara a ganar, le tocará enfrentarse por los cuartos de final contra Brasil, un partido, que incluso los brasileros lo han dicho, no les interesa jugar.
Y aquí, tenemos que decirlo para ser sinceros, que nuestro corazón, dividido entre Honduras y Uruguay, no quisiera que a pesar de lo injustificado de la acción, que el delantero celeste fuera sancionado, aunque en realidad lo merece.
Pero entre los deseos de nuestro corazón y la justicia de la FIFA no hay nexos posibles, así que tendremos que conformarnos con lo que se decida.
Es una lástima. Después de su gran actuación contra Inglaterra y el sonado triunfo frente a Italia, su concurso podría o puede ser fundamental para Uruguay.
Habría que ver cuáles son las razones que lo empujan a este gran delantero, a reaccionar de esa manera en determinados momentos. Si fuera una patada, un manotazo de los comunes que se pegan los jugadores mayormente dentro del área, tal vez nadie lo hubiera tenido en cuenta. Pero
un mordisco es diferente. No pasa desapercibido, más ahora, la enorme cantidad de cámaras que filman los partidos y porque los dientes no son los pies con que se empuja la pelota. Es difícil encontrar explicación. A no ser, que Suárez haya interpretado mal algunas instrucciones de
Tabarez que de repente puede haber dicho en algún momento de su charla antes del partido:
muchachos hoy tenemos que morder en toda la cancha.
Y Suárez, al que no le cuesta mucho, lo tomó al pie de la letra.
Nildo Núñez