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Fútbol Nacional

Don “Pete” el inmortal

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Diario Deportivo MÁS te entrega hoy la última parte de la vida de uno de los mejores dirigentes deportivos en la historia del fútbol hondureño
Por: Óscar Flores López (III de III).
Fue don Luis Caballero, un dirigente de San Nicolás, Santa Bárbara, el que le habló a don Pedro Atala de un tal Héctor Zelaya que jugaba en el Deportivo Guaymuras de Trinidad.

Pedro Atala junto a otra leyenda del azul profundo: Nelson Benavides.

Pedro Atala junto a otra leyenda del azul profundo: Nelson Benavides.


“Es un goleador”, le dijo Caballero al presidente del Motagua. Y a los pocos días Zelaya se convirtió en el nuevo jugador del ciclón azul.
“Como en Trinidad casi todos son olimpistas, me apodaban “Pecho de León”, pero claro, eso no le gustó a don Pedro y me dijo: ´Aquí vos sos “Pecho de Águila”. Y así me quedé para siempre”, recuerda uno de los consentidos del mejor dirigente deportivo que ha tenido Honduras.
“Pecho de Águila” se conmueve cuando habla de quien describe como, “un ser humano excepcional, humilde y fuera de serie cuyo vacío ha sido imposible de llenar”.
“Fuimos amigos a pesar de que él era el presidente del Motagua y yo era un jugador. A veces llegaba a su oficina y encontraba a medio mundo asustado porque don Pedro estaba molesto. Yo tocaba la puerta y cuando me miraba se le pasaba el enojo. Yo le decía sonriendo: ‘No se arreche, don Pete`”, recuerda.
“Vos sos creído, pero vas a triunfar en la vida… Vos sabés lo mucho que te quiero, ¿verdad, pendejo?”, cuenta “Pecho” que le decía don Pedro.
La confianza entre ambos creció al punto que “Pecho” (que pasó de la delantera a la defensa central), le gastaba bromas al patriarca cada vez que podía.
“Una vez nos invitó a almorzar con “Primi” y yo le dije por fregar: `Ajá, don “Pete”, ¿Y tiene para pagar la comida?`. Me quedó viendo y me respondió: `Ya jodieron ustedes… Pero les creo, porque ustedes los futbolistas son millonarios`. Y todos nos echábamos a reír”.
GRAN CORAZÓN
Apoyó el fútbol menor con gran pasión.

Apoyó el fútbol menor con gran pasión.


“Siempre que nos invitaba a comer le decía a su chofer que parqueara el carro y que nos acompañara. Jamás vio de menos a nadie, y por eso es que el pueblo hondureño le tenía tanto cariño, respeto y admiración”, señala “Pecho”.
Era tanta la confianza –continúa diciendo-, que “Primi” llegaba a su oficina y le abría la refrigeradora y le comía frutas y leches de dieta.
Claro –dice “Pecho”-, hubo momentos en los que no todo era risas. Recuerdo que una vez el Olimpia me hizo una oferta y don Pedro me mandó a llamar y me dijo: “Deciles que si te quieren llevar tienen que pagarme doscientos mil lempiras… ¡Pero vos de aquí no te vas, porque me costás más que mis propios hijos!”.
Era imposible que un equipo pagara doscientos mil lempiras en ese entonces, y por eso don Pedro puso esa cantidad. Pero yo jamás me hubiera ido de Motagua, ya que los lazos que me unían al equipo y a don Pedro eran fuertes –dice “Pecho”.
En otra ocasión, “Pecho” cuenta que le pidió un aumento de salario a don Pedro y como respuesta obtuvo un “¡Yo no te puedo dar eso, mejor ándate a la mierda!”.
“Entonces yo le dije que se buscara a un brasileño o a un argentino, y se quedó callado por un rato y me dijo: `Tenés tus huevos vos de venir con esos mates a mi oficina… ¡Pero está bien, te voy a dar lo que pedís!”.
Atala celebra el éxito alcanzado en la Hexagonal de 1981, cuando Honduras clasificó al Mundial de España 82.

Atala celebra el éxito alcanzado en la Hexagonal de 1981, cuando Honduras clasificó al Mundial de España 82.


Don “Pete” tuvo detalles que el primer hondureño en anotar un gol en un mundial nunca olvida. Para el caso, varias veces lo llamó a su oficina en Camosa para ofrecerle las llaves de su casa en Coyolito. “Ándate a descansar unos días con tu familia”, lo invitaba, pero “Pecho” nunca fue.
“También llamaba a mi esposa y le preguntaba si yo había invertido bien el dinero de las primas por firmar contrato y cuando me retiré de las canchas estaba pendiente si me iba bien con el cultivo del café”, recuerda.
“Lo primero que me preguntaba cuando me encontraba era, ‘¿cómo están tus hijas?`. Don Pedro tenía ese don de hacer sentir bien a todas las personas con las que se relacionaba”.
“Incluso me ofreció becarme a mis hijas y en otra ocasión me mandó a revisarme la rodilla a la prestigiosa clínica Mayo en Estados Unidos. Eso habla de lo bondadoso que era”, dice “Pecho”. “Sí que quise a don “Pete”…”, finaliza diciendo. Y se le nota otra vez conmovido…
(Nahúm Valladares): “Pedro nunca renunció a su origen humilde”
“Conocí a Pedro hace muchísimos años, allá por 1954, cuando yo era estudiante del colegio San Miguel, y él trabajaba en el negocio de su suegro, don Jacobo Zablah: el Bazar Jerusalén.
El Bazar Jerusalén estaba ubicado en la plaza de La Merced; allí fue donde me hice amigo de Pedro y de su hermano Wady.
Pedro empezó a trabajar desde muy jovencito. Primero, en las ventas que su padre tenía en el mercado San Isidro; y luego en el Bazar Jerusalén. Era un muchacho alegre, servicial y responsable. Casi todas las tardes salía a comprarle minutas a un vendedor que se llevaba en la plaza.
Desde pequeño se hizo seguidor del Motagua, club en el que jugaría por algún tiempo. Cuando se retiró pasó a ser dirigente junto a Daniel Matamoros y Enrique Miselem.
HACIA EL ÉXITO
“Pedro era un hombre alegre, de gran sentido del humor”, recuerda Rafael Ferrari.

“Pedro era un hombre alegre, de gran sentido del humor”, recuerda Rafael Ferrari.


Gracias a su esfuerzo y trabajo infatigable, Pedro, quien era de un origen muy humilde, fue escalando hasta convertirse en un empresario de éxito.
Tenía un gran corazón. Nunca dejó de tenderle una mano a cualquier persona que le pidiera ayuda. También fue uno de los primeros en apoyar la obra social de Sor María Rosa con niños de la calles y con los hijos de los presos.
Era un filántropo. Siempre que había actividades a favor de ancianos, niños, hospitales, en fin, para los desamparados, allí estaba Pedro.
A pesar de su éxito nunca renunció a su origen humilde, ni vio de menos a nadie, y tenía amigos entre los de abajo como entre los de arriba. Fue todo un caballero y honrado a carta cabal”.
FRASE
“Hablar de Pedro Atala Simón es hablar de un extraordinario sportman, un referente del deporte, un hombre exitoso y un ser humano muy especial.
Destaco en él su entrega en todo lo que hacía, su visión, capacidad e inteligencia. Lo recuerdo como una persona honesta con la que incluso llegamos a ser socios. Nos encontrábamos en el estadio y platicábamos como los buenos amigos que éramos. Aunque él era Motagua y yo Olimpia, nos respetábamos tanto en la victoria como en la derrota, porque el respeto que nos teníamos era inmenso”. (Rafael L. Callejas/Presidente de la Fenafuth).
 
Rafael Ferrari: recuerda a Pedro Atala
1.    “Pedro Atala es uno de los dirigentes más exitosos en la historia del fútbol Hondureño”.
2.    “Tenía un amor enorme por el Motagua y era muy entregado a la causa del club”.
3.    “Como persona fue muy simpático, agradable y con muy buen humor”.
4.    “Pedro Atala ocupa un lugar muy importante como dirigente; su labor fue, ya que como presidente de la Fenafuth logró la primera clasificación de Honduras a un Mundial en España 82”.
5.    “Siempre nos llevamos bien. Nos reuníamos los cuatro, Pedro y su esposa Vicky, mi esposa Tachi y yo, y la pasábamos muy bien. Aunque él era presidente del Motagua y yo del Olimpia, eso no tuvo nada que ver y entre nosotros se forjó una gran amistad”.
6.    “El clásico lo vivíamos intensamente como dirigentes de fútbol que éramos, hubo veces que nos enojamos después de algún partido, pero a los pocos días estábamos como si nada”.

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