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La Bicolor

España “fundió” la artillería alemana

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DURBAN, (Sudáfrica), (EFE).- España alcanzó la final del Mundial 2010 al derrotar a Alemania (1-0), el mismo resultado en la reedición de la final de la Eurocopa 2008, en esta ocasión con un tanto de furia de Carlos Puyol, que premió un recital de fútbol de una selección que vive el momento más dulce de su historia.

El capitán de España, Carles Puyol fue el encargado de guiar a la final del Mundial a su selección al anotar el gol.

El Mundial de Sudáfrica ha premiado al fútbol de equipo por encima de las individualidades. Selecciones marcadas por un líder están en casa. En épocas en las que el físico se impone, España y Alemania son una oda al fútbol. Un ejemplo de calidad, brillantez compartida en las dos selecciones del momento en el mundo.

Del Bosque recogió la “generación de oro” del fútbol español y la conduce a una nueva dimensión. Joachim Löw ha liderado la modernización de Alemania. Ha convertido el histórico fútbol rocoso basado en el físico en un juego vertical de calidad y tremenda pegada. El seleccionador español admira su trabajo y el de Oliver Bierhoff en la dirección deportiva. Es el gran secreto. Su labor de captación de jóvenes de todos los orígenes en barrios humildes.

Tenía la “Roja” reservado su mejor fútbol para la cita más importante de su historia. Era la primera vez en todo el Mundial que se medía a un rival que hablaba su idioma. Que saldría con las mismas armas. El inicio fue una declaración de intenciones.

Corrían detrás de sombras los futbolistas alemanes. En el torneo, repleto de brillantez, no estaban acostumbrados. El toque generaba espacios y los desmarques ocasiones. Un pase en profundidad de Pedro a Villa provocó la primera clara. Lanzándose al suelo remató al cuerpo de Neuer, rápido en su salida.

La celebración fue delirante por parte de los ibéricos, no es para menos, llegan a su primera final.

Se vio obligada a jugar al contraataque Alemania, con puñales como Özil y Podolski, balones cruzados a la movilidad de su goleador, Klose. Carles Puyol rescató su mejor versión. Inconmensurable. Tuvo el gol en una acción ensayada. El centro medido de Iniesta lo remató en plancha por encima del travesaño. A días de anunciar su adiós en la selección, su momento estaba por llegar.

Alemania tenía el susto en el cuerpo. Se veía superada por primera vez en el Mundial pero España no remataba su dominio. Los disparos de Ramos y Xabi Alonso no encontraban puerta, Iker Casillas mostraba su fuerza por arriba en acciones a balón parado con las que despertó la selección teutona. Trochowski lo plasmaba con un “latigazo” ante el que voló el capitán de la “Roja” y lo sacó con la manopla izquierda.

Fue la tónica en el cierre del primer acto. La rapidez alemana pilló descolocada a la zaga, por una mala anticipación de Puyol, y con superioridad en la contra la acción acabó con Özil derribado dentro del área por Ramos. El árbitro no vio penalti.

El duelo no empequeñeció en la reanudación. Cada selección con sus armas. España con el dominio y la calidad. Alemania con capacidad de sufrimiento y oleadas ofensivas en minutos de asedio. Pedro prosiguió su reivindicación. Sus diabluras trajeron de cabeza a Jerome Boateng hasta que fue sustituido. Las dos acciones acabaron en disparos potentes de Xabi alejados del arco.

La frialdad de los alemanes fue quebrantada por la victoria de España.

El acoso de la “Roja” sacó la seguridad del meta germano. Salvó como pudo un disparo duro de Pedro. En un minuto, el 57, en el que rozó el gol.

Hacía falta un golpe de fortuna que cambiase el destino. Llegó en el minuto 73. Un saque de esquina botado por Xavi rescató la furia que siempre marcó a España. Con Puyol lanzándose a la gloria. Un país entero rematando el balón en plancha, lo ubicó con potencia en la red. Era el premio al fútbol espectacular que tenía reservado España para el momento más grande de su historia.

Restaban 17 minutos de sufrimiento. Con un nuevo panorama. Alemania agotando todos sus cambios ofensivos y España replegándose en defensa. Exhibiendo el poder en el juego aéreo de Piqué, Puyol, Ramos y Busquets. El acoso germano no encontró el premio esta vez. El fútbol no le premió con un gol a última hora.

Pedro perdonó la sentencia en la ocasión más clara de la noche, con Fernando Torres sólo para marcar. Restaban minutos repletos de garra defensiva. España estaba escribiendo la página más brillante de toda su vida. Llegó el final y se desbordó la alegría. Ganó el fútbol. La brillantez.

La “Roja” había tumbado al equipo que mejor juego había mostrado en el Mundial para vivir su primera final. Será ante Holanda. El éxito ya está firmado.

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