Mi Tribuna: Grandiosa temporada

Por: Jacobo Goldstein

Estamos en el mes de diciembre y los aficionados en EE UU en materia de deportes están viviendo las emociones del fútbol americano, tanto el colegial como el profesional que se juega en la NFL. Lo mismo está pasando con los seguidores de ese popular deporte que aplauden las grandes jugadas en el baloncesto universitario y saborean las de la NBA, la liga profesional de basquetbol.

Pero aunque ya han pasado dos meses desde que terminó la temporada de béisbol de grandes ligas con una Serie Mundial no apta para cardiacos, superespecial, dramática, disputada a más no dar, que duró los siete juegos y que dejó recuerdos imperecederos. Fue una serie magnífica y sensacional, en la que se enfrentaron dos escuadras que llevaban una eternidad esperando poder volver a ser campeón mundial. Los Cachorros de Chicago venían desde 108 años para poder nuevamente coronarse campeones del béisbol de grandes ligas mientras que los Indios de Cleveland llevaban 68 rezando volver a campeonizar. A final de cuentas, los Cachorros ganaron en siete partidos, cubriéndose de gloria y convirtiendo a Chicago en la capital mundial de la alegría.

La prensa deportiva este año también seleccionó como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional al tercera base de los Cachorros de Chicago, Kris Bryanty, mientras que en la Liga Americana, ese honor fue a dar a manos del jardinero Mike Trout, de los Serafines de Anaheim.

La prensa escogió a Max Scherzer, de los Senadores de Washington como el mejor lanzador de la Liga Nacional y a Rick Porcello, de los Medias Rojas de Boston, como el mejor de la Liga Americana. Como Novatos del Año, los periodistas premiaron a los torpederos a Esquivadores de Los Ángeles, Corey Seager, de la Liga Nacional, y al lanzador Michael Fulmer, de los Tigres de Detroit, de la Americana. Dave Roberts, de los Esquivadores de L.A. fue el manager del año en la Liga Nacional y Terry Francosa, de los Indios de Cleveland, fue el mejor D.T. de la Americana.