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Fútbol Internacional

A Guardiola le queda media temporada para cerrar su balance en Múnich

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Berlín (EFE).- La noticia de que Pep Guardiola asumirá tras el verano la dirección del Manchester City es algo que no inquieta mucho en Múnich: no era oficial, pero era lo esperado desde diciembre y lo único que quedaba en el aire era el nombre del equipo inglés por el que ficharía el preparador catalán.
La marcha de Guardiola del Bayern ya era oficial y su sucesor -que será el italiano Carlo Ancelotti- ya tenía rostro y nombre propio.
En ese sentido, la situación es casi la misma a la del momento en que se inició la segunda ronda de la Bundesliga, de la que van jugadas dos jornadas que el Bayern ha resuelto con sendas victorias.
La pregunta central es la misma y apunta a si Guardiola logrará, en su última media temporada en el Bayern, cerrar su balance, al que todavía le queda la incógnita de si logrará ganar la Liga de Campeones.
La Bundesliga -que sería la tercera de Guardiola y la cuarta consecutiva del Bayern- se da por ganada ya que sería un desastre que dilapidara los ocho puntos que tiene de ventaja sobre el Borussia Dortmund.
En la Copa de Alemania puede pasar cualquier cosa con los duelos a partido único, pero es algo que no le quita a nadie el sueño en la Sabener Strasse.
La obsesión es la Liga de Campeones ya que ganar esa competición es lo que le falta a Guardiola para que su nombre quede en el olimpo bávaro al lado de los de Jupp Heynckes, Ottmar Hitzfeld, Dietmar Krammer y Udo Latteck.
El principal enemigo de Guardiola en su paso por el Bayern ha sido la acumulación de lesiones. Ahora ha logrado recuperar a Douglas Costa, Arjen Robben y Mario Götze, con lo que tiene bastantes opciones ofensivas, pero ahora el virus ha afectado a la defensa, con las bajas de Jerome Boateng y Javi Martínez.
Contra el Hoffenheim -Mehdi Benatia también está lesionado- Guardiola tuvo que improvisar a Joschua Kimmich como central. La cosa funcionó pero el Hoffenheim no tiene nada que ver con el Juventus, que es el próximo reto en la Liga de Campeones.
Una lectura de esa plaga de lesiones es que a Guardiola le ha faltado suerte en el Bayern. Otra lectura, menos benigna, es que algo ha fallado en los entrenamientos, pues de lo contrario sería difícil entender las 14 lesiones musculares que ha habido en esta temporada.
No falta quien haga diagnósticos desde lejos al respecto y se proponen explicaciones como que Guardiola se ha preocupado mucho por la velocidad y poco por la resistencia, que ha subestimado los campos de la Bundesliga, con un césped hondo, o que ha hecho saltar al campo a jugadores que no estaban plenamente recuperados.
Otra duda que saltó, desde que se supo que Guardiola no renovaría con el Bayern, es si el entrenador catalán iba a perder autoridad ante los jugadores por el hecho de tener ya una fecha de caducidad.
Contra esa conjetura, Thomas Müller no se cansa de repetirlo cada vez que le preguntan, pesa el argumento de que el Bayern ganó el triplete con Jupp Heynckes sabiendo que se iba a final de aquella temporada para darle paso a Guardiola.
Hay, sin embargo, diferencias entre una y otra situación. Heynckes le ponía fin a su carrera y no existía el riesgo de que empezara a pensar en confeccionar la plantilla de su próximo club.
Heynckes además tenía la autoridad de quien está por encima del bien y del mal, sin otra ambición que la de hacer bien su trabajo y sin que hubiera nadie que pensara que quería fraguar o completar su propia leyenda.
En el fútbol, no obstante, el día a día pesa mucho. Si el Bayern de Guardiola sigue ganando partidos, nadie hará preguntas. Si hay un bajón -o si el equipo es eliminado por el Juventus de la Liga de Campeones- seguramente empezarán a surgir explicaciones que incluyan entre los argumentos la próxima marcha del catalán.
Cabe preguntarse por lo que quedará de la era Guardiola, más allá de los títulos. Louis van Gaal volvió a conducir al Bayern a la élite europea, tras años de medianía, trajo a Arjen Robben y se sacó de la manga a Thomas Müller, David Alaba y Holger Bastuber, lo que ya da por su justifica sus dos temporadas en el Bayern.
Heynckes, cuando la hegemonía del Bayern en Alemania estaba siendo amenazada por el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, supo arreglar las cargas, en ello el fichaje de Javi Martínez fue clave, y sus esfuerzos desembocaron en el triplete.
Si hay un fichaje que se identifica con Guardiola es el de Thiago Alcántara. Habrá que esperar a ver en qué medida se convierte en una de las señas de identidad del Bayern, más allá de la era del catalán. EFE

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