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Ese guaro pega…
¿Tuvo la oportunidad de ver Espartaco, Gladiador o el Cavernícola?, pues sino pudo presenciar ninguna de estas películas, únicamente consígase unos cuantos “desplumados” lempiras, máscara antigás y de una “vueltecita” por los escenarios deportivos cada vez que anuncien la llegada de las barras, Ultrafiel, Revo o Mega Barra, etc etc.
Así como lo lee, y aunque no faltará algún directivo o timorato miembro de la Liga Nacional que cuestione este artículo, lo cierto es que me cansé de apoyar a un sin número de movimientos, cuya finalidad o iniciativa es la prevención, rehabilitación y reinserción social, ya que a varios de estos miembros se les volvió tradición llevar el caos y miedo a los recintos deportivos.
Como de costumbre y a falta de una ley especial para prohibir el ingreso de las mal llamadas barras a estos eventos, el turno le tocó al estadio Yankel Rosenthal, cuando un pequeño grupo de seguidores del Olimpia, quizá “embrutecidos” por el alcohol, saltaron la cerca y comenzaron una “épica” batalla en contra de la barra contraria.
Uno al mejor estilo de “Rambo” o Jackie Chan, tras un salto de unos 15 metros desde la malla divisoria, retó policías, aficionados y todo lo que se le puso por delante, demostrando que ese “guaro pega” y que en ese estado de embriaguez no hay ni existe rival que se les resista.
Pero cuando estaba a punto de iniciarse la batalla campal, apareció la Policía y luego de aguantar una cantidad de “misiles” provistos de piedras y orina, lanzó el “milagroso” gas lacrimógeno que finalmente pudo dispersar a ambas barras.
Lo cierto del asunto es que a estas alturas y ante la displicencia de las autoridades, la tal ley “Seguridad y Prevención de la Violencia e Intolerancia en los Estadios” seguirá durmiendo el “sueños de los justos” en una polvorienta gaveta del Congreso Nacional.