SENTENCIAS

Íbamos con Javier Tovar, amigo de toda la vida y su hijo en el taxi que nos llevaba al Fan Fest, a ver Brasil y México. Preguntando, hablando, cambiando impresiones con el amable conductor que nos llevaba. El tema no podía ser otro que el fútbol. De repente el hombre lanzó una frase, que puede ser el verdadero sentir de su pueblo en este momento: Brasil, dijo, tiene hoy, la peor selección de su historia.
Estábamos en Porto Alegre, bella ciudad del sur de este país. El Fan Fest o el festival de los fanáticos es un enorme lugar al aire libre, que los países organizadores de mundiales, tienen la obligación de montar para que los aficionados puedan ver todos los partidos.
Ya habíamos estado en los de Alemania, pero conociendo el alma bullanguera y el espíritu festivo de los brasileiros, era seguro que sería otra cosa, que habría mucha alegría.
Y así fue, al menos antes del partido. Conjuntos de samba, cantantes, malabaristas de la pelota, abajo en el escenario, arriba del mismo, una enorme pantalla visible desde todos los ángulos del lugar. Era un clima de fiesta. Los brasileños bailaban, tomaban cerveza, se divertían. Las parejas de jóvenes se besaban, con esa libertad que el espíritu de este pueblo le da a las manifestaciones de amor.
Después vino el desencanto, las caras largas de preocupación. El empate cero a cero frente a México, no estaba en los cálculos de nadie, ni siquiera entre los pesimistas.
Brasil no había andado bien contra Croacia, pero bueno, era el primer partido, el debut, había que esperar, ser tolerante.
Pero cuando comenzaron a pasar los minutos y el cuadro no andaba, cuando México era el que creaba y el “timao “(el equipazo ) no aparecía, los nervios comenzaron a llegar.
Y allí, en medio de aquellas diez mil personas casi todas vestidas de amarillo, cuando el árbitro pitó el final, junto a Javier y su hijo, nos retumbó en los oídos la sentencia del amable taxista de Porto Alegre:
“…este es el peor equipo de Brasil en toda la historia”.
Nildo Núñez