El último tren

Hace tiempos que se vienen escuchando quejas de directivos, futbolistas y aficionados que no logran entender por qué los árbitros son los grandes protagonistas en cada jornada de la Liga Nacional. Sin embargo la respuesta de los que manejan el arbitraje catracho siempre es la misma, que tenemos enormes profesionales.
Eso es pretender tapar el sol con un dedo y no es que intentemos destruir a los silbantes, sin embargo cuando los partidos se ponen duros los jueces generalmente terminan metiendo la pata hasta el fondo.
Basta con recordar algunos encuentros del Clausura, en el clásico capitalino validaron como gol una jugada en la que nunca se aprecia que el balón traspasó la línea de meta y además le quitaron una anotación legítima a Motagua en la que todavía nos preguntamos, ¿qué marcó el asistente?
Ya en la repesca continuaron los errores, afortunadamente para los árbitros sus fallas no fueron al marcador, porque de lo contrario seguramente la fase final la pitaban jueces extranjeros.
En San Pedro Sula en el partido de vuelta entre Real España y Victoria, con la obligación de los catedráticos de ganar para estar del otro lado, se vieron cosas muy raras. El asistente Denis Mazariegos le indica fuera de juego a Erick Andino en una acción que termina con la pelota en las redes, pero extrañamente el abanderado baja la bandera y validan el gol en flagrante posición adelantada de Nicolás Cardozo.
Luego en Tegucigalpa en el Motagua – Marathón, el joven Manuel Zelaya, expulsa a Mitchell Brown al mostrarle de manera exagerada la segunda amarilla en una jugada que no lo ameritaba, al darse cuenta de su error el central permitió que los verdes pegaran patadas y nunca los puso en orden.
Señores árbitros este es el último tren, de ahí no salgan quejándose si los directivos exigen jueces foráneos en la gran final.
Jairo LANDA
@jairolanda1