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Fútbol Nacional

“Tateban” López: Las historias jamás contadas

Publicado

Por: Geovanni Gómez
@geovannygo
La humildad y la sencillez son dos virtudes que no tienen precio y que no se pueden presumir, ya que son situaciones que se ganan en base a las actuaciones que cada ser humano tiene en el vida, por lo que no todos tenemos esas cualidades, pero en el caso de nuestro entrevistado, su vida ha sido un testimonio más que evidente.

Identificado con el azul de su querido Motagua, llegó a ver a su equipo ante Parrillas One, esa tarde se fue triste con el resultado.

Identificado con el azul de su querido Motagua, llegó a ver a su equipo ante Parrillas One, esa tarde se fue triste con el resultado.


Don Esteban López, mejor conocido como “Tateban” es una persona ajena a las cámaras y las entrevistas, su devoción al Motagua lo lleva silenciosamente, donde muchas veces llora de la alegría o de la cólera, según los momentos que vive su sufrido equipo.
Han pasado muchos dirigentes, jugadores, entrenadores, pero “Tateban” siempre ha estado de cerca o de lejos de su gran afición el Motagua, equipo del que nos cuenta en Más grandes historias jamás contadas en los medios de comunicación.
Por lo general no asiste al estadio, pero le vimos un tanto contrariado en el sector de silla cuando el equipo perdió con Parrillas One, invitación aceptada de la hija del presidente del club, Andrea Atala, quien le convenció a ir al estadio, a pesar de la dificultad en su vista, ya que cuenta con 83 años de edad.
En el club no hay duda que es una de las personas más queridas, se le respeta porque se lo ha ganado en base a trabajo y devoción por la causa azul, y no tanto porque sea una persona que le gusta el protagonismo a través de los medios de comunicación, e incluso hizo una deferencia con Más porque es un asiduo lector de La Tribuna.
¿Cómo se hizo Motagua?
Realmente no sé, yo escuchaba de niño el nombre y me gustaba. Un día mi padrino Alejandro Mejía, me dijo que me iba a llevar al estadio a ver el clásico entre Olimpia y Motagua.
Mire mijo usted debe aplaudir cuando yo lo haga, si lo hace le voy a dar un lempira. Yo alegre por el peso y ver a mi equipo acepté el reto, pero el primero en salir fue Motagua, no conocía que color era, pero al escuchar que salían me emocioné y aplaudí, mi padrino me dijo, que pasó mijo, no le dije que lo hiciera cuando yo le dijera, pero yo le respondí: Mejor le devuelvo el peso porque soy Motagua, él sorprendido y sonriente me dejó el dinero.
¿Fue testigo del famoso partido que Motagua le ganó al Orión en 1939?
Realmente no, estaba enfermo, quería irme al partido, mis tías no me dejaron ir, me escondieron la ropa para que no me les escapara, pero rápidamente me enteré que le ganamos al Orión, club que perdía por primera vez en Centroamérica, con tres goles de “Gorgojo” Ramos.
¿Desde cuándo es leal a los azules?
Motagua es su casa durante la mayor parte de su vida, a pesar de los malos resultados.

Motagua es su casa durante la mayor parte de su vida, a pesar de los malos resultados.


Legalmente desde 1947 que presté mi promesa como socio del club, aunque desde los 6 años soy Motagua de los que sufren jornada a jornada. Cuando me hice socio tenía derecho a voz y voto en reuniones, anteriormente solamente estuve de oyente.
¿Cuánto se pagaba para ser socio en ese tiempo?
Era un platal, dos lempiras. Después las cuotas mensuales eran voluntarias a lo que uno podía pagar.
¿Quién era el presidente cuando prestó su promesa de Ley?
Era Gustavo Adolfo Alvarado, pero habían grandes dirigentes como Gonzalo Carías Castillo (hijo del general Carías), Ramón Arturo Barahona, el secretario Antonio C. Bustillo, entre otros.
¿Quiso ser jugador?
Quise pero no era tan bueno, Motagua tenía los mejores jugadores de antaño, no había forma, pero yo siempre andaba con ellos, ayudándoles como utilero, masajista, hice de todo lo que requería el club.
Pero su compadre “Culuco” Henríquez, ¿jugó en Motagua?
Iba a ver las practicas, pero se rehusaba a entrenar, hasta que un día el licenciado Antonio C. Bustillo lo fue a buscar, estaba escondido, le dijo que llegara y así aceptó ir, se convirtió en un gran jugador, quizás el temor al inicio era ver aquellos grandes jugadores como Joyo Chele y “Majonchón, el mismo “Foncho” Uclés, pero más bien él fue el heredero, un tremendo jugador. Nosotros sabíamos que el Olimpia andaba tras sus servicios, pero él es Motagua de corazón.
¿Qué tipo de trabajos ha desempeñado en el club?
He cuidado la sede del club los últimos 20 años. Fui utilero en el equipo de Liga Nacional en 1965, a petición de mi compadre “Culuco” Henríquez, quien fue nuestro primer entrenador. En 1968 volví con “Popo” Godoy, he servido en varias funciones, Motagua es todo para mí. Desde 1980 don Pedro Atala decidió darme un trabajo permanente, sigo allí por voluntad de sus hijos.
¿Cómo fue su relación con don Pedro Atala?
Muy buena, yo lo conocí desde que aportaba en los años cincuentas, daba 10 lempiras que yo cobraba mensualmente en su tienda Jerusalén.
¿Qué otros socios famosos tenía el ciclón?
El general Tiburcio Carías era un socio activo, su hijo fue presidente, y otro fue el ex presidente Juan Manuel Gálvez, a quien yo también le cobraba sus cuotas respectivas.
Además de este equipo, ¿dónde más trabajó?
Un orgulloso Tateban de ser Motagua en las buenas y en las malas.

Un orgulloso Tateban de ser Motagua en las buenas y en las malas.


Trabajé en Salud Pública y el Correo Nacional, en varias funciones, pero los fines de semana me iba de gira con el equipo, siempre y cuando no tuviera duplicidad de funciones.
¿Entrenó las menores de Motagua?
En 1955 entrené al motagüita, aunque hubo otro antes, coordinado por Noé Alvarado. En ese tiempo los muchachos de billete como los Villars, Lardizábal y otros entrenaban en Los Indios del Barrio el Chile, pero al fallecer el entrenador en un accidente, Rigoberto Moreno, me pidieron que los entrenara también. Yo lo hice porque además tenía buenos jugadores como el abuelo de Emilio Izaguirre (Cristóbal Girón), “Resortes” Martínez, los hermanos Ochoa, Rigoberto Bonilla Peña, el coronel Agustín Mejía (ex jugador de Medias Verdes), a quien hice debutar de 14 años en la juvenil.
¿Tenía los cursos de técnico?
Realmente no, pero estuve de cerca de los grandes entrenadores que tuvo el club como el tico Rogelio Rojas Umaña y otros, de allí aprendí mucho.
Un Motagua, ¿casi invencible en los cincuentas?
Un equipazo de grandes jugadores, ganamos los campeonatos 1950, 1951 y 1952, pero un 15 de marzo de 1953 perdimos 3-2 con el Sula de La Lima, tremendo equipo que se repuso de un 2-0, por eso siempre le he tenido miedo a esos marcadores. Esa vez caímos con grandes jugadores como “Pito” Castro, “Popo” Godoy, don Zaca, “Coyote” Castro, Joyo Chele, Majonchón y otros.
¿Se habla de los campeonatos seguidos?
En ese tiempo eran locales, fueron 13 en total, no tenía rival el Motagua en Tegucigalpa.
¿Alguna vez ha llorado por los azules?
Claro, varias veces, pero no olvido una a los 9 años, perdimos 2-1 y cuando pasaba por la Policía Nacional, el general Camilo Reina me vio llorando y me preguntó qué me pasaba, no le respondí nada, pero me llevó a la casa de mis tías, diciéndoles que en todo el camino me fui llorando, ellas asustadas me preguntaron si me habían golpeado, a ellas si les respondí y les dije que mis lágrimas eran porque había perdido el Motagua, si bien es cierto mis viejitas eran aficionadas del club, me dijeron que no llorara por eso.
¿Los mejores jugadores en su historia?
Los de antaño, jugadores como “Joyo Chele” no han salido, una técnica impresionante, incluso don Rogelio Rojas Umaña decía que era imposible para él decirle que hiciera esto o lo otro, si lo hacía todo. Fue un malabarista con el balón, único en todos los tiempos. Majonchón jugaba de todo, muy completo. Recuerdo también a “Foncho” González, quien fue suplente de “Pito” Castro. Habían otros grandes jugadores como “Cundo” Valladares, “Popo” Godoy, Amado Baños, quien fue experto en goles de bolea.
¿Dónde entrenaban en esos años?
El campo Motagua, cerca del Instituto San Miguel, donde está hoy el Mercado Álvarez, pero desde el huracán Fifí no volvimos a entrenar allí. En esos años hasta grama le pusimos, y fue cercada para cuidar la misma, eso en la época de don Rogelio Rojas Umaña.
¿Siempre fue azul?
Creo que sí, yo siempre lo vi así, en 1944 les vi con una camiseta con botones. Tuvimos también uniforme a rayas azul y blanco como la Selección Nacional.
¿Los de las águilas de dónde viene?
Creo que porque muchos de los viejos jugadores trabajaban en la Fuerza Aérea Hondureña.
¿Y lo de ciclón azul?
En los años 30 y 40 con los húngaros, nadie le ganaba al club, entraban como un ciclón al campo.
¿Porque se les dice los mimados?
Por su afición humilde de Comayagüela, de Sipile, La Chivera y otras zonas populares de la ciudad.
¿Usted recuerda esa frase famosa de los 5 minutos de carne y hueso?
Fue en los 50’s que se dio eso, en verdad era una batalla en la cancha donde el más fuerte sobrevivía.
¿Y la famosa frase ¡llegó el España!?
La gente piensa que es el Real España de San Pedro Sula, no es así, sino los “tejeros” del España del Barrio Guanacaste de Tegucigalpa, quienes botaban el balón cada vez que se les acercaban al área.

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