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La Bicolor

Messi: En las Eliminatorias no era yo

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OLE.COM.AR.- En su día libre, el crack le abrió las puertas de su casa en Pretoria a Olé. «Es el momento en que más feliz me siento en la Selección», dice. Habla de Diego, del himno, ¡y de su billetera!

La noche es oscura en Pretoria. Es oscura y fría, excesivamente fría.

Hasta que se escucha la orden para entrar. Ahí se abre el portón eléctrico del barrio donde pasa sus días libres Lionel Messi y adentro se disfruta del calor del hogar. El mejor jugador del mundo le deja ver su intimidad a Olé. Faltan dos horas para el regreso a la concentración, lo espera Maradona. Pero él no tiene apuro. De pronto el grabador deja de existir…

-¿Te das cuenta de que te cambió la cara?

-Sí, cambié. En las Eliminatorias no era yo. En el grupo, por ejemplo. Y ahora sí, por mis compañeros, por Diego.

-¿Y por qué no eras vos mismo?

-No me salían las cosas y apenas pisaba el país eran todas críticas para mí. Se hacía difícil jugar así y todo era cada vez peor.

-¿Cómo medías el ambiente?

-Yo no leo ni escucho nada, ni lo malo ni lo bueno. Pero la familia era la que me lo hacía llegar porque sufría por mí. Y después, cuando estaba en la Selección, encerrado en la concentración, a veces yo también miraba los programas deportivos, ja (se sonríe como quien se delata después de una mentirita).

-¿Y qué es ser yo mismo para Messi?

-Estar suelto. En la Selección mayor es la primera vez que me pasa, que estoy como con mis compañeros del Barcelona. Que tengo confianza con todos, que jodo con cualquiera sin problemas. El grupo está muy bien y me permite estar así. Es el momento en el que más feliz estoy.

-¿Tenías pena o bronca?

-De todo un poco. Me dolía llegar a mi país y que me pegaran sin haber hecho nada. Venía del Barcelona, donde hacía todo bien, la gente me quería. Y en la Argentina, en cambio, se decían un montón de boludeces fuera de lo futbolístico. Eso fue lo que más me dolió: siempre dije que no tenía problemas si me criticaban por mi juego. Yo era el primero en cuestionarme. Pero que te pegaran por otra cosa me molestó mucho.

-¿Lo que más te dolió fue que dijeran que no sabías el himno?

-Sí, lo del himno. Y también que dijeran que no sentía la camiseta, que no jugaba en la Selección porque no me pagaban como en el Barcelona, que me cuidaba las piernas o que no quería jugar… Un montón de boludeces.

-Por lo menos tuvo su costado gracioso: Verón contó que en la concentración te mandaban mensajitos con estrofas del himno.

-Sí, ja. Un día estábamos en la concentración y cuando entré a la sala de masajes algunos muchachos me empezaron a cantar el himno, ja.

-Alguna vez escribimos que si la Selección hubiera sido un club, vos habrías pedido que te vendieran. ¿Fue una lectura correcta?

-La verdad es que sí. No me sentía bien en la Selección. Pero, por otro lado, también tenía en claro que quería revertir esa situación y que necesitaba hacerlo desde adentro de la cancha. Sabía que lo iba a lograr, sabía que iba a llegar ese momento y que alguna vez iba a ser yo mismo con la camiseta argentina.

-¿Te preparaste para que éste sea tu Mundial?

-Yo me preparé para hacer las cosas como en el Barcelona y darle lo mejor a la Selección de mi país. Estaba convencido de que cuando llegara acá a Sudáfrica, al Mundial, iba a ser todo distinto.

-¿Y por qué estabas tan convencido?

-Cuando llegué a la Argentina y me junté con los muchachos, vi que el grupo estaba de otra manera. No era yo solo el que estaba diferente. Todos nos habíamos sacado el peso de las Eliminatorias.

-¿Las Eliminatorias fueron una carga?

-Sí, porque son difíciles. Jugar de visitante, ir a canchas complicadas… Jugar de locales en la situación en la que estábamos también era difícil. Ahora empezamos de nuevo.

-Hubo varios mensajes en los últimos tiempos. Uno fue ese insulto al aire cuando festejaste el título con el Barsa.

-Eso lo dije porque me salió de adentro en un momento de euforia. Pero no lo dije para vender nada, eh. Era lo que tenía adentro y me salió naturalmente.

-La otra señal fue cuando llegaste a Ezeiza y ante la pregunta de por qué no eras el mismo del Barcelona, dijiste que responderías en la cancha.

-Ya me había cansado de contestar siempre lo mismo, que te preguntaran cosas con mala leche, y bueno… Siempre pensé que lo mejor es hablar adentro de la cancha.

-¿En qué momento del Mundial te empezaste a sentir cómodo?

-Ya antes de empezarlo. Apenas llegamos acá me di cuenta de que estaba bien, de que el grupo se había hecho fuerte con las críticas. En las primeras jugadas te vas dando cuenta de cómo estás. Y tuve la suerte de arrancar bien. Me di cuenta de que era lo que me esperaba.

-¿Cómo fue cuando Diego te dijo mano a mano que estabas jugando al fulbito con Jesús?

-Gracias a Diego yo estoy como estoy. Gracias a él y a mis compañeros. Pero tuve varias charlas y Diego siempre me bancó y me hizo ver las cosas de otra manera. Me ayudó para que yo esté así.

-¿Parte de ese darle para adelante era decirte «te voy a bancar pero también necesito que te rebeles en la cancha»?

-Me dijo que con él iba a estar siempre. Y que lo único que esperaba era que fuera yo mismo, que no le diera bola a lo que se dijera. Que jugara y fuera feliz, que hiciera lo mismo que en el Barsa. A partir de eso me fui soltando.

-¿Estás jugando un fulbito con Jesús o no?

-Ja, qué sé yo. Siento que si estoy bien me divierto.

-¿Cómo llevás de un modo relajado que te den varios premios como mejor jugador del mundo?

-Se lo pueden decir mis hermanos: no soy de darle mucha bola a eso… Ellos me dicen «loco, ganaste el premio al mejor del mundo y no le das bola». No me guío por los premios.

-¿Es una presión o una motivación ser, en lo que va del Mundial, la estrella de mejor nivel?

-Se dio que la Selección está jugando bien, ganó los dos partidos… No es un Mundial fácil. Ya perdieron España y Alemania, empató dos partidos Inglaterra. Cualquiera le gana a cualquiera, aunque nosotros pudimos ganar y eso ayuda a que yo esté en un buen nivel.

-Elogiaste mucho al grupo. ¿Qué importancia tiene para tu inserción la presencia de Verón?

-Es muy importante. Sebastián fue una persona que siempre me habló y me aconsejó. El me conoce bien, sabe cuándo estoy fastidioso y me hace salir de ese fastidio. Y dentro de la cancha también es muy importante para mí.

-¿Cuando estás fastidioso hay que hablarte o dejarte solo?

-Noooo. No hay que hablarme, ja. Me fastidio por boludeces. Los que me conocen me van sacando.

-¿En los últimos tiempos te convertiste en un jugador de ataque mucho más completo?

-Juego de otra manera. Contra Nigeria jugué más adelante porque tenía a la Bruja y había más espacios, me llegaba la pelota y tenía la referencia de otros dos delanteros. Contra Corea del Sur me tiré más atrás y por ahí quedaba muy lejos del arco. Pero era lo que pedía el partido, lo que tenía que hacer por cómo estaban parados ellos. En ese sentido es diferente a mi juego en el Barsa.

-Están elogiando mucho al técnico: ¿Diego está en su mejor momento?

-Sí, desde que es entrenador, éste es el momento en el que mejor se lo ve en todo sentido. A él le pasó lo mismo que a nosotros.

-¿Y en qué aspecto lo ves bien a Maradona?

-A partir de que nos juntamos y llegamos acá empezamos a trabajar mucho tácticamente. El primer gol que hacemos en el Mundial es de pelota parada.
Son cosas que antes no tenías tiempo de ensayar.

-¿Qué es llevar la 10 de Diego?

-Una responsabilidad linda. Espero terminar el Mundial y dejar ese número en lo más alto, como siempre en nuestra historia. Respeto mucho esta camiseta.

-Alguna vez dijiste que ya jugabas con la 10 en el Barsa y no te pesaba.

-Seguro, yo siempre respondí que no tenía problema. Cuando la agarré en el Barsa ya sabía lo que era. Venía de usarla Ronaldinho, con todo lo que había conseguido y no tuve drama. Al contrario, me gusta mucho la responsabilidad.

-¿Realmente pensás que un buen Mundial es salir campeón?

-Es lo que esperamos.

-Es el deseo, aunque estar entre los cuatro primeros ya estaría bien.

-Es cierto que Argentina no está en la semifinal de un Mundial desde el 90, pero lo más importante es ser campeón. Del segundo no se acuerda nadie.

-¿Qué darías por ser campeón en Sudáfrica?

-Ser campeón del mundo no se compara con nada. Me imagino lo que sería el país si se llegara a conseguir… Tuvimos una despedida impresionante con toda la gente y llegar con la Copa sería algo increíble.

-¿Ver a los rivales te entusiasma un poco más?

-Cuando veo a los rivales reafirmo que no es fácil. Algunos candidatos se están cayendo y, como decía antes, cualquiera le gana a cualquiera. Estamos tranquilos porque hicimos bien las cosas los primeros dos partidos, esperamos seguir creciendo pero sin ponernos presión. Vamos de a poco. Nosotros llegamos desde lo más bajo.

-¿Cruzaste algún mensaje con Xavi o Iniesta?

-Sí, hablo con muchos de mis compañeros del club que juegan en España. Están tranquilos. Si bien perdieron el primer partido y la tienen complicada, confían en ellos y tienen buenos jugadores para poder ganar las fechas que faltan.

-¿Con qué equipos te gustaría cruzarte y a cuál preferís evitar?

-Ahora me da lo mismo. Si nosotros estamos bien nadie se va a querer cruzar con nosotros.

-¿Pero decís que venga Brasil o mejor que no?

-Ja, prefiero que se maten entre ellos y nosotros agarrar otro camino. Si siguen así, en octavos se pueden llegar a enfrentar Brasil y España. Si nos toca jugar, no pasa nada. Pero si van por otro lado, mejor.

-Hasta ahora lo único que te falta es el gol. ¿Lo estás guardando para un momento importante?

-No, ya me hubiese gustado hacerlo. Tuve chances en el primero, en el segundo, pero no pasa nada. Sé que va a llegar.

-¿Qué jugador te sorprendió de la Selección?

-Pastore. No lo había visto mucho y no habíamos jugado juntos. Por lo que veo en las prácticas me parece un jugador de una calidad impresionante. Es más chico que yo y creo que va a andar muy bien.

-¿Qué te decía Carlitos, el jugador del pueblo, cuando el pueblo no te bancaba a vos?

-Carlitos, igual que el resto, siempre me bancó. Todos me alentaron y me dijeron que no les diera bola a las críticas y que no tenía que demostrarle nada a nadie.

-¿Alguna vez te pusiste a pensar a qué te hubieras dedicado si no llegabas a ser futbolista?

-No, de chico ya sabía que iba a ser futbolista. Me fui con 13 años a Barcelona para buscar eso. Tampoco sé hacer otra cosa, ja

-¿Cuándo supiste quién era Maradona?

-No me acuerdo… Cuando Diego dejó de jugar yo tenía 10 u 11 años. Cuando estuvo en Newell’s lo fui a ver a la cancha. Pero era muy chiquito.

-¿Viste Héroes?

-¿Qué?

-La película de México 86.

-Ah, hace un tiempito la vi, ja.

-No puede no movilizarte que te comparen con Maradona.

-No, pero siempre lo digo: que me comparen con Diego no es lógico. Yo trato de hacer mi carrera y dejar algo en la historia del fútbol. Y ser yo mismo.

-¿Mirás tus partidos?

-No, no me veo jugar por la tele: me da vergüenza.

-Vos ves al Messi de la Play Station.

-Es rápido, cuando está con la flechita para arriba juega bien. Pero ahora juego poco a la Play, me cansé. Estoy más con mis hermanos y con mi novia.

-¿Andás con mucha plata en la billetera?

-No, nunca. Siempre tengo poca.

-¿Y cuando te querés comprar algo?

-Pongo la tarjeta, ja.

-¿Qué le regalás a tu papá para el Día del Padre?

-Le deseo un feliz Día del Padre a todos y en especial al mío. Viene en unos días y ahí le haré un regalo.

-¿Le vas a regalar el Mundial? ¿Cómo te imaginás el 11 de julio?

-Falta mucho, hay que ir despacio, tranquilos. Ojalá que ese día esté levantando la Copa y festejando por haber ganado el Mundial.

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